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Sudán Sudán · Lasinfàn Tasmela
Voto de Ok Rick:
8
Aventuras Gran Bretaña, siglo XVIII. John Mohune, un niño de familia noble pero pobre, es enviado por su madre moribunda a Moonfleet, para que se ponga bajo la protección de Jeremy Fox. El chico descubre que Fox, además de ser un antiguo amante de su madre, es el jefe de una banda de bucaneros. Entre los dos surgirá una extraña amistad y juntos vivirán apasionantes aventuras. (FILMAFFINITY)
3 de octubre de 2008
22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero, ruego se me permitan 2 reflexiones:

1- ¿Quién por encima de los 30 no ha visto esta película un fin de semana por la tarde y en familia? Recuperen tiempos pasados. Visionenla un sábado a las 16:00 y, si lo hacen en DVD pongan un papel a la derecha de la televisión que ponga TVE1(aquellos tiempos de la uno y el uhf).
2- La próxima vez que me encuentre ante un listado de al menos los mejores 10 directores de cine y no vea a Lang, creo que recurriré a la vía judicial.

Una vez más, Fritz Lang nos muestra aquí su habitual maestría en un film de encargo, rodado en decorados, adaptando una novela de J. Meade Faulkner y puede que algo lejos de sus géneros más habituales (aunque sí trataría el de aventuras en repetidas ocasiones, y ésta en definitiva lo es).

John Mohune, tras la muerte de su madre, vuelve a las antiguas posesiones de su familia arruinada en busca de un hombre que amó su madre: Jeremy Fox, contrabandista bajo aspecto de caballero. Con este simplista punto de partida, el maestro completa una buena película de aventuras de capa y espada (aunque no haya mucho de una ni de otra) que en todo momento mantiene la atención del espectador y una sonrisa esbozada en el rostro (la actuación del niño John Whitely lo requiere).

Destaca ,ante todo, la interpretación de Stewart Granger, quien en esta clase de películas parece no tener rival. Es el personaje mejor construido: mujeriego pero enamorado de una mujer del pasado, todo un caballero, excéptico pero de gran corazón. Junto / frente a él, el gran George Sanders en un papel poco definido que constituye una de las grandes oportunidades perdidas del film (a Sanders hay que darle juego, siempre).

Y todo ello aderezado por la música de Miklòs Ròtzsa. Y uno de los bailes más sensuales de la historia del cine: el de la salvajemente bella gitana que aparece en el film.

Volvamos a ser niños durante 90 minutos.
Ok Rick
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