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España España · Alicante
Voto de Rubén SO:
9
Animación. Drama Año 1891. Un año después de la muerte de Vincent van Gogh, el cartero Roulin le pide a su hijo Armand que entregue personalmente la última carta de Van Gogh a su hermano, Theo, después de que sus intentos previos de enviársela hubieran fallado. A pesar de no haber apreciado a Van Gogh y recordar el incidente cuando el fallecido se mutiló su oreja y se la dio a una prostituta, Armand acepta con disgusto debido al afecto de su padre por ... [+]
16 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que la primera vez que me encontré con el contraste dulce-salado en una comida, era el cumpleaños de mi tía y ella siguiendo su trayectoria para ser la más cool de la familia había cocinado pollo a la naranja. No podré olvidar las dos sensaciones que sentí cuando escuche lo que íbamos a comer: primero rechazo ante lo desconocido y experimental, y luego curiosidad por lo que iba a encontrarme. Posteriormente, cuando probé el plato me dieron ganas de abofetearme por haber sentido rechazo, aquel plato era lo más novedoso, interesante, bueno y motivador que había probado en mi vida, y podía competir de tú a tú con el mejor cocido de mi querida abuela.

Con Loving Vincent sentí esas mismas cosas, primero rechazo, luego curiosidad y finalmente quede maravillado ante lo que puede ser un nuevo horizonte cinematográfico. Al igual que en la cocina se rebasan barreras para buscar nuevas fusiones y superar los horizontes fijados parece ser que Kobiela y Welchman se han propuesto lo mismo en el campo de la animación. Su película rompe las murallas del séptimo arte para acercarse al tercero, dando como resultado un producto totalmente innovador.

No es exagerado afirmar que el envoltorio es portentoso y tiene una fuerza semejante a la que pudo tener en su momento Toy Story cuando un nuevo tipo de animación llego a nosotros. Y cuando habló del envoltorio no solo hablo del impresionante hecho de que para cada uno de los 65.000 fotogramas haya sido necesaria su reproducción en un lienzo al óleo, hablo de la narrativa, los tempos usados y la temática elegida. Loving Vincent es un drama con tintes de thriller clásico de investigación en el que Armand el hijo de un cartero que conoció a Vincent Van Gogh quiere hacerle llegar una carta de este, tras su fallecimiento, a su hermano Teo. Al igual que hizo la película de Pixar en su momento, este film abre un nuevo horizonte que va más allá de lo estético y que esperemos que se asiente al igual que paso con el estilo introducido por el estudio estadounidense.

Sin embargo, lo que podríamos destacar es la entrada en el panorama actual de una película arriesgada, en unos tiempos en los que parece que las productoras tan solo apuestan por valores seguros, que no se alejen del estándar y que vayan a ser una apuesta segura en taquilla. Loving Vincent es tanto por su apuesta estilística como por su tiempo y costes de producción (7 años y algo más de 5 millones de euros han sido necesarios para sacar este proyecto adelante) un salto al vacío semejante al que realizo Richard Linklater con Boyhood. Ante el posible estancamiento de la industria productos así podrían estar marcando el camino hacia el futuro que pasa de forma ineludible por la ruptura de lo establecido como estándar.
Rubén SO
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