Tercera entrega de esta taquillera saga, en la que a pesar de que el director de la primera parte se vuelve a poner tras la cámara, no optiene resultados tan satisfactorios.

Dejando a un lado la excelente y palomitera idea que se repite en las tres partes (la muerte te persiguirá si no mueres en tu turno), "Destino Final 3" tiene poco más que ofrecernos que un festín de nuevas y originales muertes gore.

Tras el excitante paseo del comienzo en la montaña rusa, la cinta se vuelve bastante monótona, que no aburrida. La "trama" consiste en ver como la parejita protagonista, tras haber imprimido a tamaño poster las fotos del fatídico día del parque de atracciones, tiene que descifrar en las fotos la manera en que sus amigos van a ir muriendo para poder avisarlos. Pero claro, estos jóvenes tan avispados no usarán el teléfono móvil, Sherlock Holmes y Watson prefieren tentar a la suerte y darse la carrerita con los posters bajo el brazo para personarse en el lugar del crimen, a ver si son ellos o la muerte la que llega antes a la cita. Por unos segundos son ellos los que llegan antes, así que tienen tiempo de llevarse un sustito y que, con un poquito de suerte, les salpique la sangre en la cara.

Esta conmovedora historia se repite 3 o 4 veces durante la cinta, con más llantos, más sangre, más tetas a la brasa o más música, Destino Final 3 es más de lo mismo, aunque en el fondo ¿no es eso lo que queremos?

Los fans de la trilogía no quedarán decepcionados, pues la cinta es entretenida y mantiene las espectativas de la saga. Terror comercial que, ayudado por su corta duración, siempre acaba funcionando, pues deja poco tiempo para el respiro y sólo te deja pestañear cuando salen los créditos (y esta vez casi ni eso). Recomendable, pues si vas a verla ya sabes lo que vas a encontrar.

Lo mejor: El 100% disfrutable viaje inicial (en resumen es lo único que se recuerda de la cinta)
Lo peor: No se arriesga con nada nuevo