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Voto de PADRE FLANAGAN:
8
6,3
3.846
Drama. Bélico
En septiembre de 1939 Polonia fue invadida: por el Oeste por las tropas de Hitler y por el Este por el Ejército Rojo. En la primavera de 1940, por orden expresa de Stalin, 22.000 oficiales polacos (uno de ellos el padre del propio Wajda) fueron asesinados de un tiro en la nuca y enterrados en fosas comunes. En Katyn (nombre de un bosque cercano a Kiev, en Ucrania) se narran los últimos días de estos oficiales y de sus familias y de su ... [+]
6 de marzo de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Temo que esta película le quede grande a mucha gente, por diversas razones, siendo como es, en mi opinión, una película que hay que ver.
A muchos les queda grande porque KATYN tiene un fallo, y es que es una película polaca dirigida al público polaco, o mejor, que requiere conocer mínimamente la historia reciente de Polonia y sobre todo tener alguna información previa del asunto que trata (la matanza de Katyn) para entenderla, y los bruscos saltos hacia adelante y hacia atrás en el tiempo no hacen sino confundir aún más al público no informado. Wajda (una leyenda viva de la historia del cine polaco con películas en su haber unas más logradas que otras, algunas fantásticas, pero todas interesantes) debía haber tenido ésto en cuenta para llegar a un público más amplio.
A otros les queda grande porque son demasiado cortos de miras y todo lo que sea o huela a crítica del comunismo (por muy justificada que sea) lo consideran reaccionario, trasnochado o simplemente una actitud rencorosa, revanchista y despreciable por parte de quien la exprese, como he tenido ocasión de leer en otra crítica de esta película en esta misma sección. Vamos a ver, señores, me parece mentira que a estas alturas seamos tan sectarios e inmaduros; seamos ante todo personas: un crimen es un crimen, y como tal hay que denunciarlo, lo cometa quien lo cometa y sea quien sea la víctima. Poner peros a una denuncia en función de la ideología de las víctimas o de la de los verdugos dice muy poco de la ética y de la moral de una persona. Más o menos lo que se le viene a achacar en este caso es "Wajda, que no te enteras, ya hace veinte años que cayó el comunismo, vale ya". Un argumento tan falaz como absurdo. Llevamos sesenta años haciendo y viendo películas sobre el Holocausto, y nadie se queja, por muy manido que esté el tema; 35 haciendo películas poniendo a parir a Franco, 40 sobre Vietnam... Todavía hay mucha gente para la que, por un presunto progresismo mal entendido, todo lo que sea denunciar los crímenes de los del otro lado está mal y no viene a cuento. Olvidan que los hechos, por incómodos que sean, no dejan de haber sucedido porque no se hable de ellos.
En este caso, tal actitud es aún más aberrante cuanto que se trata de un suceso histórico que jamás había sido reflejado en el cine, y que el público en general, por lo común tan desinformado, desconocía por completo. Por eso mismo digo que es una película que hay que ver: primero por su oportunidad y por la labor cívica y humana que se cumple al realizarla y divulgar y denunciar, porque de denuncia se trata, aquel horrible crimen de estado; segundo porque es, pese a los defectos señalados, una buena película, incluso una muy buena película, muy bien ambientada, muy bien dirigida, con una sensación de realismo, de autenticidad, que no todas las películas de época saben transmitir.
A muchos les queda grande porque KATYN tiene un fallo, y es que es una película polaca dirigida al público polaco, o mejor, que requiere conocer mínimamente la historia reciente de Polonia y sobre todo tener alguna información previa del asunto que trata (la matanza de Katyn) para entenderla, y los bruscos saltos hacia adelante y hacia atrás en el tiempo no hacen sino confundir aún más al público no informado. Wajda (una leyenda viva de la historia del cine polaco con películas en su haber unas más logradas que otras, algunas fantásticas, pero todas interesantes) debía haber tenido ésto en cuenta para llegar a un público más amplio.
A otros les queda grande porque son demasiado cortos de miras y todo lo que sea o huela a crítica del comunismo (por muy justificada que sea) lo consideran reaccionario, trasnochado o simplemente una actitud rencorosa, revanchista y despreciable por parte de quien la exprese, como he tenido ocasión de leer en otra crítica de esta película en esta misma sección. Vamos a ver, señores, me parece mentira que a estas alturas seamos tan sectarios e inmaduros; seamos ante todo personas: un crimen es un crimen, y como tal hay que denunciarlo, lo cometa quien lo cometa y sea quien sea la víctima. Poner peros a una denuncia en función de la ideología de las víctimas o de la de los verdugos dice muy poco de la ética y de la moral de una persona. Más o menos lo que se le viene a achacar en este caso es "Wajda, que no te enteras, ya hace veinte años que cayó el comunismo, vale ya". Un argumento tan falaz como absurdo. Llevamos sesenta años haciendo y viendo películas sobre el Holocausto, y nadie se queja, por muy manido que esté el tema; 35 haciendo películas poniendo a parir a Franco, 40 sobre Vietnam... Todavía hay mucha gente para la que, por un presunto progresismo mal entendido, todo lo que sea denunciar los crímenes de los del otro lado está mal y no viene a cuento. Olvidan que los hechos, por incómodos que sean, no dejan de haber sucedido porque no se hable de ellos.
En este caso, tal actitud es aún más aberrante cuanto que se trata de un suceso histórico que jamás había sido reflejado en el cine, y que el público en general, por lo común tan desinformado, desconocía por completo. Por eso mismo digo que es una película que hay que ver: primero por su oportunidad y por la labor cívica y humana que se cumple al realizarla y divulgar y denunciar, porque de denuncia se trata, aquel horrible crimen de estado; segundo porque es, pese a los defectos señalados, una buena película, incluso una muy buena película, muy bien ambientada, muy bien dirigida, con una sensación de realismo, de autenticidad, que no todas las películas de época saben transmitir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hay muchas cosas que destacar en KATYN, como el dramatismo de la primera escena, en la que dos grupos de fugitivos se encuentran en un puente: "¡Que vienen los alemanes", gritan unos; "¡Que vienen los rusos!" gritan los otros. Esta secuencia resume la película: el calvario de un pueblo mártir, arrollado y masacrado cogido en medio de dos enemigos poderosos e igualmente brutales.
Dignas de verse las escenas de confraternización y colaboración entre nazis y soviéticos (cuando todavía eran aliados), nunca vistas antes en una película; la del brutal apresamiento por los nazis de los profesores universitarios, indicio claro del doble genocidio al que va a ser sometido el pueblo polaco; las que muestran la manipulación política de la matanza por parte de unos y otros.
Y, sobre todo, en los últimos minutos de la película, las del diario del oficial que se abre, corren las páginas ante nosotros, y asistimos al último viaje de los prisioneros, su llegada al bosque de Katyn y, no por esperada, menos brutal y horrenda su ejecución, uno por uno y sin aviso, cada uno de un tiro en la nuca por un verdugo que no da la cara (al parecer, especialidad soviética) como cerdos en un matadero. Horripilante el momento en el que el general entra en la casa, le requisan la documentación, baja los escalones y llega a ese sótano dantesco de suelo y paredes cubiertas de sangre, y su brutal asesinato; estremecedor cómo arrojan el cuerpo por un ventanuco a un camión cargado de cadáveres, como a animales, y la continuación de la matanza junto a las fosas abiertas y la excavadora que las va tapando...
Tengo 52 años y he visto mucho cine, y muchas escenas estremecedoras, pero muy pocas como ésta, que te revuelvan las tripas y la conciencia de tal manera. Porque al verlas sabes, tienes la certeza, de que aquéllo tuvo que ocurrir así. Y esas imágenes sobrecogedoras se te quedarán grabadas en la memoria para siempre, como denuncia aplastante de un crimen que nunca debió ser ignorado y que la Humanidad no tiene derecho a olvidar.
Dignas de verse las escenas de confraternización y colaboración entre nazis y soviéticos (cuando todavía eran aliados), nunca vistas antes en una película; la del brutal apresamiento por los nazis de los profesores universitarios, indicio claro del doble genocidio al que va a ser sometido el pueblo polaco; las que muestran la manipulación política de la matanza por parte de unos y otros.
Y, sobre todo, en los últimos minutos de la película, las del diario del oficial que se abre, corren las páginas ante nosotros, y asistimos al último viaje de los prisioneros, su llegada al bosque de Katyn y, no por esperada, menos brutal y horrenda su ejecución, uno por uno y sin aviso, cada uno de un tiro en la nuca por un verdugo que no da la cara (al parecer, especialidad soviética) como cerdos en un matadero. Horripilante el momento en el que el general entra en la casa, le requisan la documentación, baja los escalones y llega a ese sótano dantesco de suelo y paredes cubiertas de sangre, y su brutal asesinato; estremecedor cómo arrojan el cuerpo por un ventanuco a un camión cargado de cadáveres, como a animales, y la continuación de la matanza junto a las fosas abiertas y la excavadora que las va tapando...
Tengo 52 años y he visto mucho cine, y muchas escenas estremecedoras, pero muy pocas como ésta, que te revuelvan las tripas y la conciencia de tal manera. Porque al verlas sabes, tienes la certeza, de que aquéllo tuvo que ocurrir así. Y esas imágenes sobrecogedoras se te quedarán grabadas en la memoria para siempre, como denuncia aplastante de un crimen que nunca debió ser ignorado y que la Humanidad no tiene derecho a olvidar.