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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
4
Terror. Comedia Desesperado por conseguir dinero, Aaron acepta un trabajo que promete 1.000 dólares al día por participar en un rodaje. En una cabaña perdida en el bosque conocerá a Josef, el sujeto de la película que debe filmar. A medida que avance el día, las cosas se complicarán. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2018
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema del “found footage” radica en que se trata de un subgénero que hace de la trampa argumental su razón de ser; de modo que, pasados pocos minutos de metraje, cualquier espectador moderadamente despierto —entiéndase, que no esté en coma— le descubrirá las groseras costuras a sus historias, casi sin excepción endebles hasta lo insostenible.
Porque los personajes tienen la insana costumbre —así se desprende de la mayoría de desenlaces— de seguir grabando incluso en las circunstancias menos indicadas para ello, como su propia brutalización a cargo del psicópata o familia Manson de turno. Ni que decir tiene que cualquier hijo de vecino se pondría a salvo, abandonando, de paso, la cámara o —a día de hoy— el “smartphone”, a las primeras de cambio, de hecho mucho antes de que empezase a oler a chamusquina.
En el caso de “Creep”, la estulticia del tal Aaron, cuya conducta sobrepasa de largo el listón de lo ilógico para adentrarse de lleno en el territorio de lo suicida, nos hace desearle un final como el que se pasa cerca de hora y media buscándose a conciencia. Y no sólo por ahorrarle a la humanidad la descendencia que tamaño imbécil pudiera procrear, sino porque objetivamente se lo merece.
O sea, lárgate de esa casa. O no, pero tampoco te quedes a tomar una copa. Y, cuando empiece el acoso, te vas a la comisaria más cercana con la caja —sí, toda una señora caja talla televisor de 65 pulgadas— hasta los topes de pruebas. Ya verás como no te vuelven a dar largas. O, yo qué sé, ínflalo a hostias. Si me dijeras otro, pero Mark Duplass no parece particularmente fuerte. Al contrario, tiene pinta de que en el instituto le quitaran el bocadillo. Y de que en los rodajes se lo sigan robando.
Pues no. Como siempre en cintas de este pelaje, e insisto en que elevado a la enésima potencia, su protagonista se empeña en tomar las decisiones equivocadas, por obvias y sencillas que resulten aquellas que conducen a la supervivencia. Dicho esto, cualquier otro análisis que se le dedique a esta “Creep” resulta ocioso, tan prescindible como la película en si misma.
Carorpar
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