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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Aventuras. Drama Hal (Timotheé Chamalet), un príncipe caprichoso y sin interés por ejercer su derecho al trono de Inglaterra, ha abandonado las responsabilidades reales para vivir en libertad entre la plebe. Sin embargo, ante la muerte de su tirano padre, Hal se ve obligado a retomar la vida de la que quería huir para ser el nuevo rey: Enrique V. Después de su coronación, el joven monarca tendrá que aprender a lidiar con las intrigas palaciegas, una ... [+]
10 de noviembre de 2019
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre las incontables virtudes que adornan a Shakespeare —o quienquiera que le escribiese sus obras— hay una a la que no suele dársele la relevancia que merece: su resistencia a los intentos, arduos y denodados, por estropearlo. El último del que tengo noticia, el infame “aggiornamento”, uno de tantos, perpetrado contra “Sueño de una noche de verano” por una cáfila de bufones disfrazados con leggins y calentadores, y en el reconstruido “The Globe”, por si fuera poco.
Lo primero que, por tanto, cabe alegar a favor de “The King” es que no constituye uno de dichos ultrajes, ni mucho menos. De la mano de David Michôd, Netflix se lleva al Bardo a su terreno refundiendo los dramas históricos “Enrique IV” y “Enrique V”, con algunas licencias y aligerando el texto de pentámetros yámbicos; sin incurrir, no obstante, en las (mal) acostumbradas traiciones al espíritu del original. Además, merced a un diseño de producción ciertamente aseado, “The King” hace una recreación muy ajustada de la época que, con suma agudeza, Johan Huizinga bautizara como “el otoño de la Edad Media”. Efectivamente, en tanto período de transición desde los parámetros medievales a la incipiente modernidad, los siglos XIV y XV presentan un enorme atractivo, pues se da en ellos la convivencia, paradójica y tremendamente sugestiva, de brutalidades pretéritas y refinamientos insospechados. De hecho, el Enrique V real se erigiría en modelo de príncipe maquiavélico, antecedente de tahúres como Fernando el Católico o César Borgia, inspiradores directos del celebérrimo tratado del florentino. Despojada la política de todo lastre moral, también la épica va a perder su sitio. A tal respecto, Netflix ya había hecho un experimento bastante satisfactorio en “El rey proscrito” (“Outlaw King”, 2018), que aquí redondea con el torpe combate singular entre Enrique y el levantisco Harry “Hotspur” o la montonera de “Azincourt”, un infame barrizal que desde 1415 forma parte de las grandes gestas militares inglesas.
En el capítulo de interpretaciones, sin ser Laurence Olivier, ni siquiera Kenneth Branagh, el joven Thimothée Chalamet entrega un trabajo solvente en la piel —también en la armadura— de Enrique V. En ocasiones, su excesiva seriedad deriva en cierto hieratismo, pero le permite incorporar la solemnidad y el tormento interior del (anti) héroe trágico shakespeareano. No tan acertado se muestra Robert Pattinson como Delfín de Francia, de ahí quizá su brevísima presencia, como si todos en “The King” —incluido él mismo—, hubieran caído en la cuenta de lo ridículo y, por ende, innecesario del personaje.
Carorpar
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