La situación que plantea es de manual. Lana Turner, infelizmente desposada con un prócer de mal fondo y salud deteriorada, se arrima a Anthony Quinn, el médico que atiende a su marido.
En la primera mitad se van presentando los personajes que intervendrán en la historia y sus pretensiones. La hija del millonario, joven y atractiva que conduce un soberbio Mercedes descapotable, su novio, John Saxon en el papel de un marinero, también el administrador de las empresas, el chófer, el ama de llaves y, finalmente, el hijo de 10 años de los cónyuges.
Todo esto para, cuando ya desconfiamos de que pueda llegar a interesarnos esta historia, precipitar los acontecimientos e ir repartiendo intriga, suspense y sospecha con mano firme a un ritmo perfectamente medido que se ajusta con precisión a las convecciones del mejor cine negro. No cuento más para no fastidiarle.
Así que, si le interesa el cine negro aunque sea en color, aguante la presentación y disfrute a partir del primer crimen.
Bien por los actores, bravo por los guionistas.