La amistad recobrada y reforzada de la infancia, los recuerdos de aquel lejano periodo, la humildad y sencillez de un personaje que pese a todo es feliz, la falsedad y vacuidad de los ambientes bohemio - burgueses, la dignidad ante la consciencia de la proximidad de la propia muerte........Todo eso nos muestra Becker en un ambiente intimista, lleno de exquisitos diálogos en las más dispares situaciones y con la fuerza tranquila de dos actores imponentes (Daniel Auteuil y Jean-Pierre Darroussin) magnificamente dirigidos.
Es a pesar de la tragedia, una película optimista, que nos recuerda que la vida está para disfrutarla a pesar de que en ocasiones nos trate a unos peor que a otros.