Para el que no tiene ningún contacto con la justicia esta película se puede hacer laberíntica, sin sentido y, a veces, lejana. Pero, la realidad es así, la justicia es lenta, laberíntica y sin sentido.

Nos muestra un proceso de intento de acabar con una corrupción al más alto nivel, donde todos son personajes de un juego en el cual, como siempre, alguién sale herido (y en este caso no son solo los malos). Donde se muestra que en el éxito de esa persecución no siempre da los resultados queridos y que solo se araña un poco de la verdadera pochadumbre que hay detrás (ejemplo del Caso Malaya en España).

Una interpretación correcta de una actriz como Isabelle Huppert puede ser perfecta para el papel de juez que quiere hacer justicia (aunque sea una justicia médiatica (que se muestra en una portada de Paris Match) como nuestro "juez estrella"), y a la vez fría y calculadora.

También tengo que decir que al final se alarga demasiado y se hace un poco pesada, pero supongo que es la forma que tiene el director de intentar cerrar el circulo de la historia.

No es la mejor película pero tampoco la peor de Chabrol, viendo el panorama de la cartelera pues aprovechemos para ver buen cine francés.