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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
10
Western Ransom Stoddard (James Stewart), anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, explica a un periodista por qué ha viajado con su mujer (Vera Miles) para asistir al funeral de su viejo amigo Tom Doniphon (John Wayne). La historia empieza muchos años antes, cuando Ransom era un joven abogado del este que se dirigía en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar, ... [+]
24 de marzo de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un polvoriento y destartalado carruaje de diligencia adquiere de repente su brillo y esplendor de antaño, y vuelve a enfilar como en los viejos tiempos el sendero que conduce hasta Shinbone. La escena da paso a uno de los flashbacks más memorables de la Historia del Cine, comienza entonces a desvelársenos la verdadera historia del hombre que mató a Liberty Valance.

John Ford sitúo la acción de esta colosal obra maestra de 1.962 en el tránsito entre dos épocas y dos mundos. El progreso llega subido a una locomotora de tren, quizá la misma que sirve para abrir y cerrar este western prodigioso. Los tiempos del salvaje Oeste van dejando paso a otros en los que impera un nuevo orden y una nueva ley. Ya nadie recuerda aquellos tiempos, no figuran en los archivos, tal vez porque aquellos tiempos empezaron a morir el día que mataron a Liberty Valance.

Ahora, todos los personajes que vivieron aquella histórica fecha se reúnen no sólo para asistir al entierro del hombre que dio fin a su vida sino también para enterrar definitivamente toda una era. Eran los tiempos en los que no existía otro orden que no fuera el que imponía el látigo, al encargado de impartir la justicia lo encontrabas lavando platos en la cocina de una casa de comidas y al representante de la ley sencillamente no lo encontrabas en ningún sitio porque huía despavorido cada vez que se le necesitaba.

Pero, eran también tiempos de esperanza, y las ilusiones aguardaban enraizar en la tierra y florecer como las rosas de cactus en las áridas arenas del desierto.

Si como dicen John Ford es el mejor director de la Historia y el western es el género cinematográfico por excelencia, El hombre que mató a Liberty Valence vendría a ser algo así como el cine mismo. Y no sé si hablar del cine mismo es demasiado para un humilde escrito como éste, tal es la emoción que te embarga cada vez que ves esta película que todas las palabras para describirla se quedan siempre cortas.

Porque este auténtico tesoro está poblado de irrepetibles personajes y situaciones. Ese John Wayne que bajo su aparente rudeza esconde una capa de extraordinaria sensibilidad. Al igual que Rick Blaine en las escalerillas del avión a Lisboa, Tom Doniphon es capaz de renunciar al gran amor de su vida, porque entiende que quizá su tiempo ha pasado y que quizá pertenece ya a otros. O ese idealista James Stewart cargado de ingenuidad y bonhomía que parece recién sacado de una película de Frank Capra....

Y junto a ellos, Ford, John Ford, en estado puro. Como siempre, defendiendo con pasión conceptos tan básicos como la libertad de prensa, el voto universal o incluso la enseñanza pública, haciendo que un hombre negro recite el principio de declaración de independencia de Jefferson. Sólo un clásico podía ser tan moderno. En el viejo Oeste, si una leyenda se convertía en hecho, publicaban la leyenda, en el siglo XX, sólo el gran Seamus podía hacer de esta historia una verdadera e imortal leyenda.
Juan Solo
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