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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
6
Drama En un campo de refugiados palestino de Cisjordania, Chloé, una joven canadiense, cuida a mujeres embarazadas. Su relación con personas que se hallan a ambos lados de los muros y puntos de control del campo, hará cambiar sus creencias y convicciones. (FILMAFFINITY)
26 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Inch Allah” propone una nueva mirada hacia el eterno e irresoluble conflicto palestino – israelí tantas veces tratado por el cine. En este caso, se trata de una mirada limpia, poco maniquea y desprovista de prejuicios, muy diferente por tanto a lo que estamos acostumbrados a ver cuando nos enfrentamos a productos que abordan este mismo argumento. Al parecer, la directora parte de su propia experiencia personal de varios años viviendo en la zona y de sus amplios conocimientos en el tema (Anais Barbeau- Lavalette es una acreditada documentalista y ha colaborado entre otros con su compatriota Denis Villeneuve en un “making off” de su famosa película “Incendies”).

La protagonista del film, Chloe, evidente alter ego de la realizadora, es una joven cooperante de las Naciones Unidas que trabaja en el hospital de un campo de refugiados palestino ayudando a traer niños al mundo. Por su trabajo y la vida que lleva, está obligada a convivir tanto con árabes como judíos. Su mejor amiga es una militar israelí que trabaja en el control que da acceso a su lugar de trabajo, y al tiempo suele alojarse durante largas temporadas en casa de una de las familias que vive en el campo. Al principio, Chloe intenta mantenerse ajena al problema y llevarse bien tanto con unos como con otros, pero finalmente le es imposible.

La película traslada al espectador un mensaje profundamente pesimista y desesperanzador. La mirada de Chloe bien pudiera ser también la de la comunidad internacional ante el conflicto, y la imposibilidad de la protagonista por permanecer ajena y neutral al mismo sin ser juzgada subraya también la dificultad de esa comunidad internacional para conciliar las irreconciliables posturas de dos pueblos atávicamente enfrentados como son el palestino y el israelí.

A la película le cuesta arrancar –el primer tercio es algo falto de ritmo- pero recupera el pulso poco a poco hasta llegar in crescendo a un climax bastante interesante – que comienza un poco antes de la comentada escena del parto, en el instante en el que la familia palestina visita su antigua casa reducida en ese momento a un montón de escombros. A destacar la notable interpretación de la protagonista Evelyne Brochu, y el buen hacer de la directora introduciendo en un relato casi documental otros elementos de carácter más lírico y simbólico.
Juan Solo
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