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España España · Donostia
Voto de Plothobby:
7
Fantástico. Drama. Thriller Año 1944, posguerra española. Ofelia (Ivana Baquero) y su madre, Carmen (Ariadna Gil), que está embarazada, se trasladan a un pequeño pueblo al que ha sido destinado el nuevo marido de Carmen, Vidal (Sergi López), un cruel capitán del ejército franquista por el que la niña no siente ningún afecto. La misión de Vidal es acabar con los últimos miembros de la resistencia republicana que permanecen escondidos en los montes de la zona. En la ... [+]
30 de enero de 2007
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez una industria cinematográfica incapaz de llevar a cabo películas de talla internacional. Érase que se era una industria escasa de ideas originales, anclada en el pasado, y débil ante las películas llegadas del extranjero. Érase una vez un cine español repleto de sobrevalorados alatristes, enajenados torrentes, y autodenominadas princesas...

Así de negro pintaba la cosa hasta que a Guillermo Del Toro, ese mexicano simpaticón, se le ocurrió llevar a cabo esta parábola-cuento-película llamada “El laberinto del fauno”, ganarse al más escéptico de los espectadores (entre los que, ahora ya avergonzado, no tengo más remedio que incluirme), y de paso, dejar en ridículo a otros directores que, recientemente, habían intentado hacernos creer en sus mitos y seres de lo fantástico (ya sean jóvenes del agua o hadas con cara de artistas pop patrias).

Y es que, guiado por una planificación y un montaje difícilmente superables (ojo a los Oscar), Del Toro encuentra una de las mayores fortalezas de su film allí donde otros muchos cuentos de celuloide han caído por su propio peso: la credibilidad. Y no era fácil, porque la película narra dos realidades diferentes. Una la recreada o histórica, y la otra, la creada o fantástica.

No obstante, lejos de presentar las dos realidades como diferentes, “El laberinto del fauno” combina ambas hasta conseguir un equilibrio perfecto en el que cada una participa de la otra de manera indisociable, convirtiéndolas así en dos mitades de la misma obra (¿maestra?). De esta manera, ambas narraciones irán complementándose mutuamente, hasta no saber dónde empieza la una y termina la otra, dónde termina el cuento de hadas y dónde empieza la cruda realidad (¡qué sutil y a la vez certero usar el mismo comedor para el Hombre pálido y el Capitán Vidal!).

Y justo en ese instante en el que el espectador ya casi cree en las hadas, Del Toro vuelve a jugar con él, y lo devuelve al primer plano de la película. A ese plano en el que, desgraciados todos, nos recuerda que la realidad no conoce reinos de bondad, ni sabe de finales felices. ¿Moralista? Genial.
Plothobby
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