Ante todo un amplio mapa mental o conceptual, donde se fije bien el ideario. No importa, incluso puede ser el mejor sitio, dibujarlo en una de las paredes de la alcoba.

Elaborar un buen plan, trazarlo metodológicamente y desarrollar una estrategia sobresaliente, es algo que está al alcance sólo de personas de mente muy sagaz y un gran control de sí mismo. El esfuerzo suele ser titánico y no es soportable nada más que por individuos fuera de lo común. Aunque, también es cierto que la necesidad nos agudiza la acción pensante.

El protagonista de la película, un simple profesor de instituto que jamás habría sospechado que él tendría que poner en práctica con el máximo rigor esas tres directrices de planificación, metodología y estrategia con el fin de cruzar el límite oficial de la ley, en un momento dado y ante la injusticia que sufre su mujer, se vuelve un excelente planificador que elabora una metodología de genio y todo ello lo ensambla de manera muy estratégica.

Gran película, con ritmo cardíaco arrebatador y un Vincent Lindon ante el que sólo cabe un reconocido al estilo "chapeau".

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