El lirismo, el misterio y el encanto recorren todo el largometraje como un hilo invisible que hilvana el pasado y el presente de los protagonistas hasta convertirlos en una secuencia única.
La película rebosa emoción, intimismo e intensidad romántica que combina sabiamente con una fotografía y una ambientación admirables para que la acción se desarrolle a los acordes de la parsimonia y del suave mecerse de los sentimientos.

Príncipes, cenicientas y madrastras entrecruzan sus destinos para terminar descubriendo que siempre hay un pieza de cristal fino que vibra cuando el do sostenido reverbera en el elegante salón del piano.
Y más cuando la historia tiene lugar en plena Segunda Guerra Mundial.