Dura propuesta argumental que presenta con descarnado realismo una historia rotunda.
Su estética se viste con ropaje de fuerte impacto visual y su estructura hace gala de una extraordinaria capacidad narrativa, sencilla pero implacable, que resalta el dramatismo.
Como una espada de Damocles.
La urdimbre psicológica y el compromiso social dan su mano a una labor descriptiva detallada y minuciosa que, gracias a un excepcional sentido del ritmo, permiten que P. Muni realice una interpretación para ser recordada.
Y M. LeRoy, que ya gozaba de una sólida reputación, afianza su prestigio porque su trabajo de dirección vuelve a acreditar el lugar que merece entre los mejores.