"Ahí fuera hay algo que nos está esperando, y no es ningún hombre, vamos a morir todos."

La verdad es que disfruto como nadie cada vez que dan esta película por la tele. Porque es de lo mejor que ha hecho Arnold Schwarzenegger después de “Terminator” (1984) y “Terminator 2: El día juicio final” (1991). Al igual que las dos cintas que he nombrado, son films que uno puede ver varias veces y no cansarse, porque mantienen esa frescura y originalidad a día de hoy.

“Depredador” es una cinta que en su día me sorprendió, ya que puede parecer la típica película en la que un grupo de soldados de elite son encomendados a una misión para matar a otros tipos y ya está. No se equivoquen, porque pese a que pueda parecer eso, las apariencias engañan, ya que dicho comando liderado por el Mayor Alan “Dutch” Schaeffer (Arnold Schwarzenegger) tendrá que enfrentarse ante el mayor enemigo jamás visto. Una criatura desconocida a la que tendrán que hacer frente en un terreno desconocido como es la jungla Guatemalteca.

Notables actuaciones las de los principales protagonistas, de los cuales como es evidente, destaca Arnold Schwarzenegger (“El fin de los días“, 1999) por encima del resto dando vida al Mayor “Dutch”, líder del grupo de soldados. Un hombre adiestrado para la guerra, dotado de una gran capacidad estratégica y táctica que le servirá para sobrevivir en la selva. Carl Weathers (“Rocky“, 1976) (lamento decir que para mí siempre será recordado como Apollo Creed) también realiza una buena interpretación, dando vida a George Dillon, un hombre con unos principios muy distintos a los del líder del grupo ya que su objetivo principal es realizar la misión cueste lo que cueste.

Elpidia Carrillo (“Siete Almas“, 2008) da vida a Anna, una guerrillera que irá con el grupo de elite como rehén. Pese a que apenas habla en la película, consigue que su mirada exprese lo que las palabras no podrían. Bill Duke (“Yellow“, 2006) es otro de los actores que también me ha gustado bastante, interpretando a Mac, un hombre guerrero a más no poder, que además impone cierto respeto y temor. Por último, Shane Black (“Estamos muertos… ¿o qué?“, 1988) da vida al soldado Hawkins, un hombre de físico menos portentoso que el resto y de apariencia más débil que el resto, pero aún así con un carácter entrañable.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento por falta de espacio)