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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
6
Drama Relato de los sucesos políticos acaecidos tras la muerte de la princesa Diana. Se centra sobre todo en las conversaciones que mantuvieron la Reina Isabel y el Primer Ministro Tony Blair para llegar a un acuerdo sobre la petición popular de que se celebrara un duelo nacional. (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2007
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eludiendo todo sensacionalismo, el cineasta británico Stephen Frears indaga con elegante sobriedad en las repercusiones privadas y públicas inmediatas, tras la muerte trágica de la princesa Diana en París, un hecho que desbordó, hace casi una década, fronteras y especulaciones.

La mirada del film abarca tanto la intimidad de la familia real como el círculo cercano al por entonces flamante primer ministro Tony Blair. Ambos difieren respecto de la forma que debía tener el duelo. Para la reina, el hecho quedaba limitado a la más estricta privacidad familiar; para Blair, estaba revestido de una notoria relevancia, acorde a las emocionadas manifestaciones populares que reclamaban un funeral público.

Esta pulseada entre ambos servirá para describir una personalidad muy firme, a pesar de las múltiples presiones de su cargo, al que alude la frase que precide a la primera escena "Inquieta está la cabeza de quien lleva una corona". Progresivamente aparecen las contradicciones de una mujer temerosa de mostrar sus emociones hasta que no le queda más remedio.

Los diálogos están cargados de fina y sarcástica ironía, que se derrama sobre protocolos y costumbres, un acartonado conjunto de formas cada vez más distanciadas de un pueblo que exige una urgente modernización.


Ejemplo de claridad y concisión en la exposición de lo sucedido, la narración fluye con una puesta en escena impecable, con la inclusión de algunas imágenes de archivo, oportunamente insertadas para dar impresión de realismo, que tienen asombrosa continuidad con respecto a las de ficción.

La admirable reconstrucción de los protagonistas es otro de los puntos elogiables del film, que sortea la dificultosa responsabilidad de basarse en referentes reales y contemporáneos, de los que el espectador tiene muy fresca su imagen. Principales y secundarios componen personajes creíbles y reconocibles, que evitan la parodia. Tanto el propio duque de Edimburgo como la republicana Cherie Blair, todos responden a una autenticidad nada caricaturesca.
Espectacular es el trabajo actoral de Helen Mirren, quien transmite en su caracterización de Isabel II, una pose distante y reservada, a la vez que deja entrever la tensión interna que significa llevar el peso de la corona, sin caer en lo esquemático y mucho menos en lo tendencioso.
Aunque dista de ser una obra sobresaliente, "La Reina" es un film inteligente y sutil, a la vez que conmovedor, que avanza sobre la base de un guión salpicado con toques de distensión y momentos de drama contenido, respetuoso con todos y a la vez mordaz.
rouse cairos
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