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Voto de Demetrio Rudin:
8
Intriga. Thriller Richard Hannay está en un music-hall londinense. De repente, suena un disparo y comienza una pelea. En medio del tumulto, una chica asustada le pregunta si puede ir con él. Richard accede y la lleva a su apartamento... (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2006
40 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sentado en un musichall londinense, Richard Hannay observa actuar al Sr. Memory, quien responde al detalle sobre cualquier pregunta que le haga. De pronto, suena un disparo y estalla una pelea. Yendo hacia la salida, Hannay encuentra a una bella joven.

"39 escalones" supone una de las mejores obras hitchcockianas rodadas durante la estancia del genial director británico en tierras patrias. La cinta presenta una historia sencilla y efectiva característica del género de espionaje de finales de los treinta. El argumento gira entorno al personaje de Hannay, un hombre que fortuitamente se ve inmerso en un complicado caso de espionaje internacional tras haber ayudado a una joven en apuros; desde un principio la trama consigue atrapar al espectador, la tensión del film se mantiene constante en todo momento del metraje gracias a un estupendo ritmo, fruto de la acción vivida por el protagonista, en este sentido, la aventura nos enmarca a las mil maravillas el particular descenso a los infiernos de su personaje principal. Como apunte cabe destacar el sarcástico humor que evidencia el film en algunos momentos, propio del siempre burlón Alfred Hitchcock.

La dirección resulta impecable teniendo en cuenta el año en que la película fue filmada. Los ágiles movimientos de cámara, combinados con algún que otro trucaje (cámara rápida principalmente) y primer plano, nos ofrecen un marco visual atractivo, redondeado eso si, por una estupenda fotografía; acreedora de un magnífico empleo del factor climático (espesa niebla, cielo amenazador…) y del siempre atractivo paisaje escocés. Brilla con luz propia la divertida secuencia en la que Hannay se hace pasar por militar en apoyo a un partido político, así como, la cena transcurrida en casa del granjero durante la huida de Hanney. El reparto cumple a la perfección su trabajo, especialmente Robert Donat que como protagonista aporta una gran credibilidad a la historia. La banda sonora combina partituras orquestales de bastante ritmo, destacando sobre todo la melodía de abertura al espectáculo del Sr. Memory, clave para el desenlace del film.

En resumidas cuentas, “39 escalones” se erige como un notable largometraje hitchcockiano, entretenido e interesante para todo buen aficionado al cine clásico.
Demetrio Rudin
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