Quizás no fuera ese hombre tan excelente que muchos retratan y quizás no fuera la realidad tan esplendorosa como nos lo cuentan los ingleses, pero lo cierto es que menos mal que ese hombre estaba ahí y no otro y fue tan visionario y tan testarudo, los grandes personajes de la historia lo son a veces por esos momentos de lucidez y de capacidad para mover a sus semejantes.
Te da que pensar que habría pasado si en lugar de Churchill hubiera estado Chamberlain en su lugar, que sería ahora este mundo.
Me gusta que me cuenten la historia como lo hacen aquí, manejando los medios técnicos con esta maestría, con un buen guión, unas interpretaciones excelentes, sin dejar a nadie atrás, porque sería injusto, sin espacios aburridos con un montaje que le da su dinamismo justo y con una banda sonora muy adecuada.
Por cierto viene muy bien después de haber visto la otra con la que se intercala en el tiempo que es Dunkerque.
Los británicos están subiéndose el ánimo ante la que se les viene encima
El papel de Gary Oldman es el ideal para llevarse el oscar, se lo deben, aunque lo tendría que tener hace tiempo por su creación en Drácula.