Se le pueden poner peros a esta película, desde luego. La opción de rodar la historia con actores no profesionales puede tener a veces resultados contraproducentes, y éste es un buen ejemplo de ello. Aparte del protagonista, en general los personajes apenas transmiten nada. Ello dificulta que el espectador empatice con las situaciones que se le muestran. Además, me ha extrañado que se haya estrenado la película con subtítulos en castellano. Debo reconocer que los subtítulos me han ayudado a seguir la película, pero no porque los diálogos no sean entendibles por el modo de hablar de los habitantes de las zonas rurales de México, sino porque en muchas escenas son sencillamente inaudibles. Y eso dice muy poco a favor de la sonorización de esta película.

Dicho ello, "Aquí y allá" me ha parecido una película muy meritoria. El planteamiento de la historia es original, ya que se aborda el tema de la emigración desde la perspectiva del regreso de quien, después de años de esfuerzo e ilegalidad, apenas ha podido proporcionar a su familia una vida mejor de la que ya tenía. El tono cuasidocumental ayuda mucho en la plasmación de esa idea. La puesta en escena y la descripción de ambientes son, en mi opinión, magníficas. Méndez Esparza combina con maestría el drama de los desfavorecidos y el optimismo (a veces ingenuo) que se desprende de sus ganas de divertirse día a día. El estilo pausado de la narración termina siendo una afilada arma de crear tensión, en especial en el episodio del hospital.

Y, en cualquier caso, el fracaso de la experiencia no hace desaparecer la ilusión por una nueva vida. El mito de El Dorado permanece, a pesar de todo, y la llamada de una vida mejor aún mueve los impulsos de los personajes. Todo ello termina materializándose en una extraña mezcla de utopía y sentido de la responsabilidad. La idea de volver a intentarlo constituye, en cierto modo, la perversión de la propia idea de la emigración. La esperanza en el nuevo intento de triunfar en el país de las oportunidades constituye otra forma de regreso, y la estancia con la familia termina convirtiéndose en un breve reposo en la lucha. El emigrante no puede volver para quedarse, necesariamente ha de volverlo a intentar. Abandona a su familia, pero precisamente el deseo de darle una vida mejor es lo que justifica su conducta. "Aquí" termina siendo "allá", y viceversa. La plasmación de ese conflicto interior mediante la representación de escenas cotidianas es, a mi entender, uno de los mayores hallazgos de la película...