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España España · Barcelona
Voto de rober:
10
Comedia Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a ... [+]
6 de diciembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya la he visto varias veces, y siempre me parece mejor, cada vez los gags me parecen más divertidos, la crítica social es si cabe más aguda... Vaya, que para mí es una obra maestra. Chaplin renuncia a los diálogos y se mantiene fiel a su estilo, a su formato y al eterno personaje de Charlot, pero a la vez se muestra muy incisivo en los temas. Detrás de la parodia se esconde una crítica mordaz al mecanicismo, al capitalismo salvaje, a la sociedad que deja a un lado a los más desfavorecidos... "Tiempos modernos" es una película colosal, destinada a gustar al público y a triunfar en las salas, y ello a pesar de apostar por un discurso contracorriente a las normas imperantes en la época, tanto en lo relativo a la forma como al fondo. Chaplin se estaba ganando a pulso la categoría de estrella maldita, alejada de la industria...

La película está llena de grandes ideas, de escenas inolvidables, y también de momentos y pequeños detalles que ya no se olvidan: la fábrica, las calles, la prisión, los grandes almacenes, el restaurante... Cada escena es una obra redonda, y todas ellas encajan dentro del conjunto de una manera perfecta. Cada personaje, cada escenario, cada objeto, todo tiene su protagonismo, nada está dejado al azar. En cierto sentido, y a pesar de prescindir de los diálogos, la película me recuerda a los grandes musicales. Las escenas de la fábrica, el comedor de la cárcel, la pareja en su casa-chabola destartalada, o el baile-restaurante con el protagonista peleando con su bandeja contra los elementos, son unos ejemplos claros de ello. Chaplin demuestra ser capaz de provocar una risa o de despertar los sentimientos de cualquier espectador a partir del objeto más insignificante. Demuestra ser un gran clown pero, a la vez, un gran cineasta al planificar y dirigir cada escena. Todo nos provoca la risa, pero esa risa que hace que la cara se te quede congelada reflexionando sobre lo que acabamos de ver. Paulette Goddard está en estado de gracia y da la réplica perfecta.

En fin, una película con la frescura y ritmo propios del gran Chaplin, pero a la vez de una gran madurez como autor cinematográfico. Imprescindible.

Y, no hay que obviarlo... Un final para recordar.
rober
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