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España España · Barcelona
Voto de reporter:
8
Ciencia ficción. Thriller. Intriga. Acción Dom Cobb (DiCaprio) es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. La extraña habilidad de Cobb le ha convertido en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero también lo ha condenado a ser un fugitivo y, por consiguiente, a renunciar a llevar una vida normal. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer exactamente lo contrario de lo que ha hecho siempre: la ... [+]
5 de agosto de 2010
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras todo el mundo esperaba nuevas noticias de Gotham, Nolan apareció con un puñado de imágenes desconcertantes y una frase aún más intrigante: “Tu mente es la escena del crimen.” Y ya nadie se acordó de Batman. La información iba llegando a cuentagotas y el hype subía de forma exponencial. Justo el escenario en el que este cineasta británico se mueve como pez en el agua, porque siempre apuesta a lo grande... y siempre gana. Normal que la industria confíe tan ciegamente en él. Es tanta la fe depositada que los peces gordos de la Warner Bros., a pesar de no entender absolutamente nada después de un primer pase privado, igualmente decidieron seguir adelante con toda la maquinaria de marketing para promocionar un proyecto que según su opinión, y a pesar de todo, seguía mereciendo el trato de joya de la corona.

Y así, en un panorama cinematográfico tiranizado por secuelas, precuelas, adaptaciones, remakes y reboots, aparece algo completamente nuevo. Una película que nos recuerda que en el cine no está todo inventado, y que en este negocio todavía hay sitio para los que no temen arriesgarse. Por riesgo entendemos el no querer acomodarse en fórmulas cuya eficacia ya se ha demostrado holgadamente; el querer ir más allá; el deseo de dejar huella en un amplísimo espectro del público. Por eso, afirmaciones como la de pretender rodar la ‘Matrix’ del siglo XXI, más que ser tildadas de arrogantes, deberían considerarse como perfectamente coherentes en el contexto de Nolan. Si su ‘Origen’ está por debajo o por encima del nivel que alcanzaron los hermanos Wachowski será materia de un debate que ahora no viene al caso. Lo importante es que esta película no debe temer a entrar en dicha comparativa, ya que de ninguna manera saldrá malparada. La principal razón para creerlo está en la creación del complejísimo y fascinante universo propio en el que nos invitan a sumergirnos estos ladrones de sueños.

Para ‘Mulholland Drive’, David Lynch (otro maestro de lo onírico, aunque sus fantasías vayan por otros derroteros) dio al espectador una serie de pistas para que no se perdiera con las aventuras de aquella amnésica aspirante a actriz. Alguna ayuda similar por parte de Christopher Nolan hubiera sido más que bienvenida, aunque con la introducción del personaje novato de Ellen Page (clara excusa narrativa sustitutiva del manual tradicional, y la enésima prueba de la agudeza con la que el director supera las dificultades que él mismo se pone) ya nos conformamos. Así pues, para nada hablamos de un producto que llega a las cotas del a veces frustrante enmarañamiento lynchiano, ya que, en términos generales, la historia se sigue con mucha facilidad, pero sí hay que tener claro que se trata de un mundo regido por una infinidad reglas surgidas de la nada que al mismo tiempo dependen de unos conceptos cuya definición en absoluto coincidirá con la que teníamos antes del visionado del filme. Un tótem, una patada, el limbo, el propio origen...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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