Me gustaría saber ¿Qué tiene de fascinante ver a Willem Dafoe haciendo de gerente de unos bloques de apartamentos? Al tiempo que nos regala como espectadores, todas esas pequeñas cosillas cotidianas que un encargado debe realizar, como son: cobros, controlar los apagones de luz, la piscina, gestionar pequeños conflictos entre los residentes... Y durante casi dos horas vemos a unos niños que juegan a ser niños, saltando, escupiendo y correteando felices, mientras sus madres (Padres apenas hay) hacen la colada, la compra, fuman en cama viendo la tele, o trapichean para sacar unos dinerillos con los que pagar la semana al Dafoe. Todo ello sin conflicto, con una cotidianidad apabullante, como si se tratase de una vida filmada, así... en plan documental.
No hay más. Y todo eso, globalmente nos parece de 7.
Mañana es lunes, pediré hora al psiquiatra, creo que algo no funciona bien en mi cabeza.