Sinceramente tengo que decir que no tenía buenas expectativas con esta película, y por ese motivo nunca había tenido el interés por verla. Pero el otro día por circunstancias de la vida la vi en televisión; y tengo que reconocer que me he llevado una muy grata sorpresa. No sé muy bien si es que en mi cabeza tenía una idea totalmente opuesta, o es que realmente la historia está bien; pero lo cierto es que me ha gustado.
La trama nos presenta a una chef de gran talento que lleva con mano firme a los cocineros y camareros de uno de los mejores restaurantes de Nueva York. Un día sucede un hecho que le cambiará su vida radicalmente tanto fuera como dentro de la cocina de ese restaurante. Y es que este hecho imprevisto e inesperado que ocurre, se une a un nuevo cocinero de gran talento que es contratado en el restaurante.
El guión empieza de un modo que es lo que se imagina. Pero ese comienzo cuenta con cierto toque que consigue enganchar. Pero a los pocos minutos ocurre algo que hace que todo lo que uno imagina cambie; y la trama tome una dirección diferente que sorprende y engancha.
Scott Hicks dirige con estilo esta película dando un resultado satisfactorio, y ofreciendo un film que es más que una simple película de sesión de tarde. Su trabajo es bueno, y consigue conectar con el espectador gracias a unas imágenes cuidadas y bien rodadas.
La película cuenta además con una banda sonora preciosa, llena de canciones que emocionan y que encajan perfectamente en unas imágenes que en muchas ocasiones invitan a comer. Y es que el film está lleno de momentos donde la comida es protagonista, y uno puede apreciar hasta el más mínimo detalle como se preparan platos suculentos que hacen que uno desee probarlos.
No obstante hay que reconocer que la película también cuenta con ciertos momentos que resultan un poco predecibles, y que no producen que el film sea tan redondo.
Interpretativamente la película está muy bien. Los protagonistas Catherine Zeta-Jones, Aaron Eckhart y Abigail Gresiln realizan un gran trabajo; regalando unos personajes que convencen y que hacen que uno viaje con ellos a un mundo salpicado de problemas entre las personas y los fogones.
En fin, "Sin reservas" es una película que sorprende ya que uno espera ver una historia más lineal y bastante tópica, cuando en realidad se encuentra con un film que convence y se disfruta.