La Forma del agua alcanza el sobresaliente en prácticamente todos los aspectos valorables en una producción cinematográfica, desde una excelsa y maravillosa banda sonora hasta todos los aspectos visuales, tanto diseño de producción como fotografía. Todo se pone al servicio de la inmersión en un cuento con el que es muy fácil contagiarse. Los actores están absolutamente fantásticos, desde una apoteósica Sally Hawkins a la villanía natural que expele por los poros un gran actor como es Michael Shannon.

A pesar de todo esta película puede que adolezca de los problemas narrativos que achacaríamos a cualquier cuento en contraposición a la prosa más convencional, y es que la primera mitad de la película se hace precipitada y habrá quien reclame coherencia, realismo o mejores explicaciones. Creo que es una película que requiere concesiones y pocas exigencias, y son necesarias para que el cine hable y te envuelva en este mundo onírico. Es necesario dejarse llevar para disfrutar esta película y los que lo hagan vivirán posiblemente la mejor experiencia que ha ofrecido hasta ahora Guillermo del Toro.