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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de Travisloock:
8
Drama. Fantástico Dos ángeles sobrevuelan Berlín, ciudad dividida por el "muro de la vergüenza". Sólo son visibles para los niños y los hombres de corazón puro. Testigos impotentes que no pueden cambiar el curso de los acontecimientos, sienten una gran compasión por los seres humanos. Uno de ellos, decidido a conocer los sentimientos de los mortales, se enamora de una joven trapecista... (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2010
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Berlín, en su verano y a pie de calle, no te abraza con cariño; sus anchas avenidas, sus altos edificios de construcción moderna, fachadas de cristal y acero haciendo de exoesqueleto y sobre todo por su estructura sobre plano, irregular en plazas o sitios de encuentro, te menguan como hombre o te hacen más invisible. Y es esto mismo: es tan poco amable esta ciudad, que te hace invisible para los demás, pero, luego, contradictoriamente, no te permite escapar de tí mismo.


Hay mucho verde, entre monolitos inertes de cristal y acero; poco verde para lo que es Alemania. Berlín no es Alemania, ni los berlineses alemanes. El berlinés se queda aislado de lo que es un europeo, por el alemán que fue y dejó de ser por voluntad propia. El alemán es el hombre puro, artesanal, honesto e ingenuo, sencillo (“Cuando era un niño, pensaba como un niño…”), bisoño, sin malicia ni picaresca, sin retórica, sin envidia, de fácil olvidar los agravios a menos que se le recuerde; tan lógicos y a la vez tan maleables y volubles, tan infantiles. El pueblo se encarga de crear alemanes, y cuando, a veces, la cosa no sale bien, se crea el berlinés, que no deja de ser un “maldito” peculiar. Porque sin la soberbia francesa, sin la picaresca y mala uva española e inglesa (igualitas ambas) y sin la zalamería mediterránea (Italía, sur de España, Marruecos, etc) mamadas desde chicos, el individuo berlinés es la cosa más extraña, contradictoria y por supuesto, encantadora que uno pudiera encontrar.

Esta ciudad que no es nada, (ciudad fantasma vacía que no muerta, a la que se le ha extirpado por vergüenza su historia de los pocos ladrillos rojizos que le quedan, que se ha rehecho de frío cristal apagado, sus gentes sin idiosincracia o ésta a medio deconstruir a propósito) está imbuyéndose de algo verdadero que no es ilusión por rehacerse, ni siquiera una rebeldía "maldita" (pudiéndolo parecer a simple vista,y queriendo ella misma serlo), sino que su numen estriba en su maravillosa contradicción. Es arte de por sí; no para el que busca el arte artístico y antiguo, sino para el que busca el arte renaciente en la vida, en la calle.

(continúa en "spoiler" sin desvelar)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Travisloock
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