Una película que puede recordar un poco al cine de Terrence Malick, viéndola como cine de autor e independiente que se quieren desmarcar del cine americano intentando filmar película con ciertos toques no siempre funcionan.

En este caso la perseverancia de su director por hacerla estéticamente maravillosa es mas que papable, hasta el punto de descuidar una trama que aunque con cierto fundamento, lo cierto es que cuesta engancharse a ella, ya que el espectador no sólo busca ver una película visualmente perfecta, sino que esto valla de la mano con la trama, y es en este punto donde caen las tablas que sujetan la cinta, a la película le falta gancho , e intensidad , algo más de acción y un poquito más de drama para que su trama sea una auténtica historia lacrimógena que al final nos haga estar incómodos en la butaca y nos replanteemos todo lo que acabamos de ver. En lugar de esto, tenemos una historia bastante simple, que tarda demasiado en arrancar, y una que arrancada el ritmo que lleva es mas bien pausado, esforzándose al máximo en mostrarnos toda su moralidad y doble sentido en forma de silencios, buenas canciones y un sin fin de buenos planos que hablan por sí solos.

Sus actores, poseen entre ellos una química muy evidente y les hace lucirse de buena manea, Mara hace un trabajo bastante bueno y Casey Affleck está bastante bien , los dos muy expresivos y con miradas y gestos que valen más que cualquier diálogo previsible.

Su tramo final es su parte más completa, logra finalmente captar al espectador , con momentos recurrentes al pasado nos transporta a un final con sabor agridulce.

Como conclusión podemos decir que es una película , recomendada para un público amante del cine independiente con ganas de momentos y miradas , que nos dejan ver la intencionalidad de la película y lo bien rodada que está.

Lo mejor: La cacería nocturna
Lo peor: No logra levantar el vuelo a tiempo,.

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