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Voto de Gabriel Ufa:
8
6,6
57.466
Thriller. Drama
Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este ... [+]
14 de septiembre de 2011
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
1- No se puede olvidar su pasado.
Desde "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón" su evolución ha sido constante, hasta convertirse en uno de los mejores directores de nuestra filmografía. A nadie le regalan un Oscar al mejor guión ("Hable con ella"), además de tener en su haber el oscar a mejor película extranjera (“Todo sobre mi madre”) y multitud de premios. Lo que parece claro es que, éste, su 18º film, supone un claro punto de inflexión.
2- Riesgo. Renovarse o morir.
Pero como los grandes artistas no viven del pasado, llega "La piel que habito", su película más arriesgada, algo no demasiado habitual para un autor tan consolidado, con una fina hibridación de géneros, un intrincado cuento de terror gótico donde el manchego no renuncia a su singular mundo interior, lleno de cinefilia (hay ecos de "Átame", el Hitcochck de "Vertigo" o el Douglas Sirk más desaforado, entre otros), melodrama y pasiones subcutáneas.
3- Complicado guión bien resuelto. Lo sublime y lo cómico son posibles en el género almodovariano.
La historia de un reputadísimo cirujano plástico que ha conocido la tragedia, encarnada primero en su mujer y luego en su hija, no puede estar mejor escalonada en tiempo y forma, asequible para cualquier espectador, a pesar de lo intrincado y asimétrico de la oscurísima trama. Venganza, celos, sexo, muerte, transgénesis, tigriños, una mezcla a priori imposible de digerir, un puzzle en el que parecen sobrar piezas, pero que en la arquitectura guionística almodovariana no solo es posible sino inevitable.
4- Fiel a sí mismo.
Consigue Almodóvar dejar su impronta, la esencia de su cine a pesar del salto al vacío que supone este cambio de género con tintes de fantástico y casi de terror ("No es de terror pero perturbadora sí que lo es"), dentro de una oscura ética, retorcida y turbadora.
5- Cuidado formal exquisito.
Por supuesto, hay y habrá respetables opiniones en contra, como siempre las ha habido (Carlos Boyero al frente). En el caso de "La piel que habito", los reproches son más entendibles, si cabe, dada la escabrosidad del film, pero es innegable el cuidado formal de cada plano, la sublime fotografía de Jose Luis Alcaine, la magistral banda sonora de Alberto Iglesias (motivos electrónicos incluídos), el diseño de producción de Antxon Gómez o los exquisitos interiores.
(SIGUE)
Desde "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón" su evolución ha sido constante, hasta convertirse en uno de los mejores directores de nuestra filmografía. A nadie le regalan un Oscar al mejor guión ("Hable con ella"), además de tener en su haber el oscar a mejor película extranjera (“Todo sobre mi madre”) y multitud de premios. Lo que parece claro es que, éste, su 18º film, supone un claro punto de inflexión.
2- Riesgo. Renovarse o morir.
Pero como los grandes artistas no viven del pasado, llega "La piel que habito", su película más arriesgada, algo no demasiado habitual para un autor tan consolidado, con una fina hibridación de géneros, un intrincado cuento de terror gótico donde el manchego no renuncia a su singular mundo interior, lleno de cinefilia (hay ecos de "Átame", el Hitcochck de "Vertigo" o el Douglas Sirk más desaforado, entre otros), melodrama y pasiones subcutáneas.
3- Complicado guión bien resuelto. Lo sublime y lo cómico son posibles en el género almodovariano.
La historia de un reputadísimo cirujano plástico que ha conocido la tragedia, encarnada primero en su mujer y luego en su hija, no puede estar mejor escalonada en tiempo y forma, asequible para cualquier espectador, a pesar de lo intrincado y asimétrico de la oscurísima trama. Venganza, celos, sexo, muerte, transgénesis, tigriños, una mezcla a priori imposible de digerir, un puzzle en el que parecen sobrar piezas, pero que en la arquitectura guionística almodovariana no solo es posible sino inevitable.
4- Fiel a sí mismo.
Consigue Almodóvar dejar su impronta, la esencia de su cine a pesar del salto al vacío que supone este cambio de género con tintes de fantástico y casi de terror ("No es de terror pero perturbadora sí que lo es"), dentro de una oscura ética, retorcida y turbadora.
5- Cuidado formal exquisito.
Por supuesto, hay y habrá respetables opiniones en contra, como siempre las ha habido (Carlos Boyero al frente). En el caso de "La piel que habito", los reproches son más entendibles, si cabe, dada la escabrosidad del film, pero es innegable el cuidado formal de cada plano, la sublime fotografía de Jose Luis Alcaine, la magistral banda sonora de Alberto Iglesias (motivos electrónicos incluídos), el diseño de producción de Antxon Gómez o los exquisitos interiores.
(SIGUE)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
6- Director de actores excepcional
Lo que consigue con la pareja protagonista está al alcance de muy pocos. Antonio Banderas consigue una interpretación estratosférica, con un personaje al que Almodóvar ha despojado de sentimientos, pero meticuloso hasta el extremo, visible en cada uno de sus gestos, algo sólo posible gracias a la concienzudos ensayos. Elena Anaya, aprovecha esta valiosa oportunidad brindada, y consigue una química total con Antonio. Será una de las parejas cinematográficas del año. Destaco también a Jan Cornet (Vicente).
Como la perfección no existe, o al menos Kubrick sólo hay uno, sí es cierto que hay cosas difíciles de entender (hay quien lo llama errores), como el personaje de Roberto Álamo y su tigresco disfraz, la principal fuente de críticas que le han llovido a Almodóvar así como la desmesurada aparición de la cantante Concha Builka.
Lo que es seguro es que Almodóvar genera debate.
"Tú y yo no somos como el resto del mundo".
Lo que consigue con la pareja protagonista está al alcance de muy pocos. Antonio Banderas consigue una interpretación estratosférica, con un personaje al que Almodóvar ha despojado de sentimientos, pero meticuloso hasta el extremo, visible en cada uno de sus gestos, algo sólo posible gracias a la concienzudos ensayos. Elena Anaya, aprovecha esta valiosa oportunidad brindada, y consigue una química total con Antonio. Será una de las parejas cinematográficas del año. Destaco también a Jan Cornet (Vicente).
Como la perfección no existe, o al menos Kubrick sólo hay uno, sí es cierto que hay cosas difíciles de entender (hay quien lo llama errores), como el personaje de Roberto Álamo y su tigresco disfraz, la principal fuente de críticas que le han llovido a Almodóvar así como la desmesurada aparición de la cantante Concha Builka.
Lo que es seguro es que Almodóvar genera debate.
"Tú y yo no somos como el resto del mundo".