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Voto de Palomitasconchoco:
6
Drama Un viejo jubilado que espera su inminente muerte, a medias temida, a medias provocada, se pasea por una ciudad medio real y medio soñada, evocando escenas de su infancia, a veces reales, a veces inventadas, que se mueven entre el ensueño y la pesadilla. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La imagen de un imaginario Beethoven cruzando un campo de fútbol en un partido de solteros contra casados, bien podría servir de resumen para esta desconcertante, enigmática y elegíaca película de Raúl Ruiz llamada La noche de enfrente, un filme que sorprende, evoca, sueña, pero no podrás hallar un razonamiento, una deducción simple, seguramente porque no la necesita.

“Los espejos no mienten, son las luces las que nos engañan” es una de las premisas de una película donde la lógica se desmorona entre exabruptos. En La noche de enfrente verás personajes imaginarios que imaginan la realidad, muertos que hacen espiritismo para llamar a otros muertos, tiempos que se mezclan y deambulan, siglos que se entrecruzan, relojes que andan a su ritmo adelante o hacia atrás. Situaciones absurdas que se toman como sagradas, surrealismos, objetos imposibles, sueños y mucha poesía… ¿No se la imaginan? Yo tampoco. Porque esta extraña y sutil película rodada como en la distancia, plagada de planos-secuencia virtuosos y un guión que no avanza ni retrocede, si no que se mantiene suspendido en la idea de la muerte y de la vida como un retruécano fílmico, es realmente difícil de empacar en una crítica.

La película rezuma libertad, vive como una retorcida broma hacia al espectador que más que ver, sólo podrá vislumbrar las complejas relaciones que se establecen dentro de una trama fantasmagórica y voluble.

Sólo si escarbamos podremos deducir en cierta medida que es una película sobre la vejez, sobre la certidumbre de la muerte (el personaje principal espera cada día ser asesinado por uno de sus huéspedes) y sobre la futilidad del tiempo. Una temática compleja que Raúl Ruiz engarza de una manera exquisita pero débil, en un conjunto mucho más tendente al lirismo excelso que a la profana realidad.

Muchos podrán ver en estos excesos oníricos y en esas frases altivas, un producto de mampostería, más cercano a una autoafirmación pedante que a un elemento cultural.

Lo cierto es que en La noche de enfrente, hay muy buenas maneras de un veterano director, interesantes secuencias, juegos de espejo, realidades que se ocultan de las cámaras y que aparecen en ágiles movimientos y eso, ya es de agradecer, porque la construcción de cada plano tiene un agudo sentido de filigrana. Otro de los elementos a destacar es el de la sorpresa, en una película donde todo se puede esperar, aunque sea a base de absurdos, ya hay tensión narrativa por saber que truco mortal saldrá de tan agitado guión y eso mantiene y entretiene.

Es por ello que pese a sus ínfulas, su machacona pose intelectual y su ininteligible argumento, La noche de enfrente también puede ser una película disfrutable y elocuente, que deja sensaciones y se labra las retinas ajenas con sus curiosos juegos de cámara y su cuidada escenografía. Un viaje de dos horas en el éter puede llegar a ser agradable porque al fin y al cabo, como se dice en uno de los poemas que se recitan en la película: “No deis a las palabras el derecho de decidir el curso del poema”.

Raoul Ruiz, extensa carrera en la sombra

Raúl Ruiz (Raoul Ruiz para los franceses) ha sido un cineasta brillante, muy popular entre las vanguardias europeas, bien conocido en ciertos ambientes, tratado como un mago en su oficio y como un intelectual entre sus eruditos compañeros cineastas. Sin embargo, un ambiente tan sumamente restringido no le ha permitido tener el favor del gran público aunque sí de la crítica. En los grandes festivales obtuvo un escaso bagaje para sus méritos. Una Concha de plata al mejor director en San Sebastián, un Oso de Plata en Berlín por su contribución artística y cinco participaciones sin premio en la sección oficial de Cannes.

Entre 1964 y 2011 filmó más de 150 películas, principalmente en Chile, Francia y Portugal, ya que desde el golpe de estado de Pinochet en 1973 Raúl Ruiz se exilió a Francia donde a desarrollado la mayor parte de su cinematografía.

Además de esta película, la última, que estrenó posteriormente a su muerte, destacan de entre la obra de Raúl Ruiz películas como Misterios de Lisboa, Las tres coronas del marinero, Klimt o Genealogía de un crimen.
http://www.viveiberoamerica.com/la-noche-enfrente/

@iberoamericavi
Palomitasconchoco
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