Desde el principio empieza a acumular los mayores defectos que pueda tener una película: la presentación, que pretende ser graciosa, está contada por una voz en off, y en el arranque en una biblioteca la cámara se mueve que marea. Pero vayamos a lo importante: no hay un guión sólido – algo de eso se dice en la presentación – y hay seis guiones correspondientes a lo que serían seis cortos, aunque ninguno de ellos por si mismo tiene el mínimo valor. Sabiendo que los cortos no tienen apenas posibilidades de dar dinero en las taquillas, lo mejor será unir los cortos con algún pretexto, el cometa por ejemplo, y sacar un metraje que se exhiba en las salas comerciales por si hay respuesta del público, al menos el catalán para el que se hacen algunos guiños. La pena es que esos cortos están mezclados de forma muy aleatoria y no hay ninguna unidad de interés para el espectador. Es más, demasiado a menudo se corta una historia, cuando empieza a tener interés y se pasa a otra, dejando al espectador bastante perdido. Esto podría ser soportable con buena voluntad, pero el director riza el rizo para vender e incluye varias canciones, en catalán por supuesto, y una música insoportable e inoportuna, que producen el rechazo de cualquiera que tenga en consideración lo que es una banda sonora. Y tampoco quiero machacar esta película, pero no sería sincero si no les dijera que las interpretaciones son de escuela dramática en los primeros cursos, por mucho que se empeñen en parecer actores consagrados: los textos, en catalán o en español, hay que saber decirlos.