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España España · Palm mar
Voto de Del Mar:
8
Drama David (Vladimir Cruz) es un comunista convencido que estudia sociología en la Universidad de La Habana. Diego (Jorge Perugorría) es un artista homosexual acosado por la homofobia del régimen castrista. A pesar de las abismales diferencias que los separan, entre ellos surge una profunda amistad. (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacerme pensar y sentir es lo que ha conseguido de mi esta película. Siguiendo el hilo de una simple historia de amistad entre un homosexual y un heterosexual, entre un librepensante y un adicto al régimen cubano, vamos penetrando en las verdades de una Cuba real, de una sociedad con unas personas que existen, del vivir en Cuba. Pero el director no sale a las calles ni a las plazas, solo unos pocos minutos y es muy interesante lo que nos ofrece; ni entra en las casas o en los edificios públicos para contarnos como viven los cubanos, al menos los cubanos que en este caso representan el intelectual homosexual y el estudiante revolucionario. Vamos viendo y descubriendo la realidad más que nada a través de la visión que tiene Diego, homosexual, de un país, de su país al que quiere por encima de todo. Lógicamente la interpretación de Jorge Perugorría consigue todos los matices para que conozcamos la realidad cubana de esos momentos, o más bien la realidad que el régimen quiso dar a conocer al mundo en esos momentos. Vista la situación actual de la sociedad cubana dudo que los afines al régimen castrista estén hoy día por las libertades a las que aspira Diego. Insito en que es la interpretación de Jorge Perugorría lo que eleva a arte para pensar y sentir a esta película. No es una película que se haya realizado con muchos medios pero si están bien aprovechados sobre todo porque cuidan mucho los aspectos artísticos: la luz, la fotografía, la ambientación, etc. Es así mismo una historia lineal que favorece el seguimiento del discurso social con la historia de amistad que se cuenta y el tiempo, en muy poco tiempo, está perfectamente condensado para que veamos los más importante que ocurre. El espacio es así mismo muy limitado, casi siempre la casa de Diego, pero una ambientación a base de elementos, muchos elementos, relacionados con el arte: libros, fotografías de escritores, esculturas, elementos religiosos, etc, hacen, con la situación idónea de la cámara, que el espectador abra su imaginación. Vale la pena verla.
Del Mar
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