Haz click aquí para copiar la URL
Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
9
Drama Blanche, que pertenece a una rancia pero arruinada familia sureña, es una mujer madura y decadente que vive anclada en el pasado. Ciertas circunstancias la obligan a ir a vivir a Nueva Orleáns con su hermana Stella y su cuñado Stanley (Marlon Brando), un hombre rudo y violento. A pesar de su actitud remilgada y arrogante, Blanche oculta un escabroso pasado que la ha conducido al desequilibrio mental. Su inestable conducta provoca ... [+]
30 de marzo de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me permito este título porque la película ha trascendido más allá de su grandeza, para quedarse en el imaginario iconico y público de lo que supone la locura, (parodiada en los Simpson en el capítulo "Un tranvía llamado Marge")

La película es como un gran cuadro, estático y en apariencia simple: repleto de sombras y tras esos espectros aparecen dos personajes incombustibles Vivien Leigh y Marlon Brando.

La primera, una criatura en apariencia desvalida como una gacela coja ansiosa de recibir el tiro de gracia que la libere de su fragilidad. Y por otro Brando, la bomba sexual, la perfecta llave de empalme para esa puerta desvencijada que impone Vivien Leigh con sus miradas.

El duelo está servido, y es a golpe de brutalidad y animalismo sexual lo que atrae a ambos personajes. Pues si Blanche DuBois es la aparente alma torturada ansiosa de encontrar un regazo sobre el que mecer sus penurias, lo que de verdad oculta es un egoísmo y egolatría desbordantes, tan desbordantes que chocan con la dosis de realismo y crudeza que supone la sola presencia del torso desnudo y sudado.

Blanche encarna el romanticismo amargo de los sueños rotos, incapaz de asumir su propia edad, y sus expectativas, vive en un irrealidad más propia de una lunática que lo han tenido todo y lo han perdido persiguiendo ideales baldíos. Rota y desamparada, pero conservando toda la grandeza de un cisne maduro, vemos como su mirada y sus formas acuchillan a su propia hermana, sin contemplaciones, seduciendo al propio marido de su hermana. Pero es su propio egocentrismo lo que la ciega ante el "peligro" que supone medirse contra una persona que no entiende de florituras, elegancias y buenas maneras.

El personaje de Brando es brillante, pues no se deja ensombrecer en ningún momento por la prodigiosa interpretación de la inglesa. Recogiendo el guante de DuBois para ofrecerle una retribución en su justa medida: la violación física y psicológica que supone su relación y desenlace final. La contraposición de dos clases sociales: la elegancia pero artera forma de Blanche contra el carácter obrero y bajo de Kovanski. Dos mundos en apariencia distintos, distantes pero a las malas plenamente complementarios en una relación explosiva.

La única película que refleja un poco el carácter desvalido de Blanche DuBois es el Crepúsculo de los Dioses, donde se vuelve a plantear la decadencia de un pasado supuestamente prometedor, para dar paso la nostágia pretérita y marchita, que jamás volverá. Y el peligro de persistir en una fantasía que no se ciñe a la realidad.

Termino con otra frase, esta vez tomada de Legend, (1985, Ridley Scott) que resume el espíritu de ambos personajes: "Los anhelos de la juventud, son los arrepentimientos de la madurez".

Brutal, explosiva, sugerente, clásica, asombrosa película para la eternidad.
Buscapé
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow