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Voto de Buscapé:
13.044
Comedia. Terror
El doctor Abronsius y su ayudante Alfred, viajan por Transilvania para confirmar una teoría que afirma la existencia real de los vampiros y que tropieza con el escepticismo de sus colegas de la Universidad de Könisberg. Se detienen en una posada, cuyas paredes y ventanas están cubiertas de ristras de ajos, pero tanto los parroquianos como el posadero afirman que no existe ningún castillo por los alrededores y justifican la presencia de ... [+]
18 de junio de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Absoluto clásico entre los clásicos del cine de terror y comedia con el Conde Von Krolock como nueva encarnación del vampiro clásico.
En primer lugar: la película quizás adolece sus más de 40 años desde su estreno, no ha envejecido los suficientemente bien como para encandilar a las nuevas generaciones. Resultando en ocasiones algo anacrónica.
Pero su encanto es ese, su anacronismo y burla-homenaje a las películas de terror de la Hammer.
Lo que llama la atención de la película es la excelente ambientación del castillo y los escenarios, la ironía de los diálogos que tras su aparente comicidad, existen propósitos más tenebrosos.
Situaciones hilarantes con el dúo "caza vampiros", lo que en un principio es una burla hacia las películas de terror de la época, se esconde una historia brillante de vampiros. Algo lastrada por cierta torpeza en el ritmo, pero con un final totalmente promisorio y digno de las mejores películas de vampiros.
No podemos pasar por alto el score de Christopher Komeda que ayuda a ambientar la atmósfera "lúgubre" y gótica de la película.
Como ya digo en el título, cada vez que revisito la película de Polanski, es como jugar al Castlevania (1987)de la NES: la misma ambientación, las mismas incongruencias y homenajes. Pero por supuesto, clásicos imperecederos para los buenos paladares.
En primer lugar: la película quizás adolece sus más de 40 años desde su estreno, no ha envejecido los suficientemente bien como para encandilar a las nuevas generaciones. Resultando en ocasiones algo anacrónica.
Pero su encanto es ese, su anacronismo y burla-homenaje a las películas de terror de la Hammer.
Lo que llama la atención de la película es la excelente ambientación del castillo y los escenarios, la ironía de los diálogos que tras su aparente comicidad, existen propósitos más tenebrosos.
Situaciones hilarantes con el dúo "caza vampiros", lo que en un principio es una burla hacia las películas de terror de la época, se esconde una historia brillante de vampiros. Algo lastrada por cierta torpeza en el ritmo, pero con un final totalmente promisorio y digno de las mejores películas de vampiros.
No podemos pasar por alto el score de Christopher Komeda que ayuda a ambientar la atmósfera "lúgubre" y gótica de la película.
Como ya digo en el título, cada vez que revisito la película de Polanski, es como jugar al Castlevania (1987)de la NES: la misma ambientación, las mismas incongruencias y homenajes. Pero por supuesto, clásicos imperecederos para los buenos paladares.
