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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
10
Drama Bud Fox (Charlie Sheen) es un joven y ambicioso corredor de bolsa que consiguió terminar sus estudios universitarios gracias a su esfuerzo y al de su padre (Martin Sheen), mécanico y jefe de sindicato. Su mayor deseo es trabajar con un hombre al que admira, Gordon Gekko (Michael Douglas), un individuo sin escrúpulos que se ha hecho a sí mismo y que en poco tiempo ha conseguido amasar una gran fortuna en el mundo de la bolsa. Gracias a ... [+]
28 de febrero de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que a pesar de que a algunos esta afirmación les suponga una exageración, el personaje de Michael Douglas es de lo mejor que se ha escrito para el séptimo arte: hábil, astuto, elegante, carismático, inteligente, ambicioso, egocéntrico, honesto en su falsedad, vanidoso, envidioso, pero ante todo es Gordon Gekko, el grande e inigualable personaje que encandiló a cientos de yuppies ochenteros o jóvenes con acné rebelde que se metían en Económicas o ADE con un único objetivo: convertirse en el siguiente Gordon Gekko.

En España tuvimos al inefable Mario Conde como el típico prototipo de Gordon Gekko hispano: relamido, engominado, petulante y cutre. Eso sí, sin el porte y elegancia del personaje aquí retratado.

Porque si bien la película juega constantemente con el estereotipo de yuppie cocainómano ególatra, en ningún momento se entra en esa vertiente, (como luego si haría "El Lobo de Wall Street") y se pasa a diseccionar las relaciones entre el hambre y las ganas de comer: por un lado Bud Foxx, un ambicioso corredor de bolsa de poca monta pero con cierta información privilegiada, renuente en un principio a usarla como fórmula de cortejo a la "araña-Douglas": el Mephistofeles dispuesto a abrirle las puertas del conocimiento económico supremo, pero no sin antes "pervertir" su alma. Y eso es lo que hace Bud Foxx ante un personaje que en ningún momento oculta sus verdaderos propósitos: "Si quieres un amigo, te compras un perro" le espeta Douglas en tono de consejo a Bud en uno de los mejores momentos de la película, donde el pobre Bud tras varios fiascos producto de farolear al gran Gordon, éste ya dado de vueltas de todo, le muestra el verdadero camino del éxito: o te vendes al diablo o feneces en la miseria, (es decir, puerta). Gordon no está dispuesto a perder más tiempo con un tipo que ha vendido lo más intimo de su ser, (la relación con su padre, jefe de los sindicatos de la Bluestar, fuente que le proporciona inocentemente de padre a hijo la información sin ser consciente de las consecuencias)

El verdadero villano del filme es la codicia, no ya por el dinero, si no por el afán de éxito a cualquier precio: mujeres, lujosos áticos, baños de masas ante OPAS antologicas. Bud Foxx tiene que enfrentarse ante los valores aprendidos por su padre, un tipo de clase obrera tan curtido o más que el propio Gordon Gekko en el mundo de los trileros y las falsas apariencias: magnifica la interpretación de Charlie Sheen, totalmente convincente en su papel de padre que intenta abrir los ojos a un hijo cegado por la "magia" y los cantos de sirena del fenomenal yuppie.

El pobre "Fausto" (Charlie Sheen) se va viendo poco a poco enredado en la fina tela que va tejiendo Mephistófeles, (Michael Douglas) hasta que llegado un punto, ya es demasiado tarde para escapar del mordisco mortal... O no.

Porque la película también ofrece el lado de la redención, pero una redención realista y para nada comercial: si hay algo que todo gran villano no puede carecer es de soberbia, y Gekko en su infinita soberbia no cae en que el pobre Bud no ha sido todavía fagotizado del todo por la codicia retratada en otro discurso, ya clásico y plenamente vigente: cuando Gekko espeta frases y verdades como puños durante la OPA hostil a Teldar Paper: ""La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena; es necesaria y funciona. La codicia clarifica y capta la esencia del espíritu de evolución. La codicia en todas sus formas: la codicia de vivir, de saber, de amor, de dinero; es lo que ha marcado la vida de la humanidad."
Un darwinista social en estado puro, que no cejara en absoluto por salirse con la suya aunque tenga que mentir al mismo diablo. Pero a pesar de todos sus defectos o maldades, Gordon Gekko es atractivo por una cosa: es un villano muy humano, que analizado fríamente, no esconde en absoluto su condición de araña de los negocios. Es el propio Bud el que vende a su padre en dos ocasiones, y es esa misma condición de Bud Foxx lo que despierta la admiración de Gekko hacia su pupilo: "Sí...tú tienes ese instinto..." le dice Gekko en otro momento fulgurante, con una frase mítica "La ilusión se ha vuelto realidad, y como mas real se vuelve, con mas desesperación se desea"... Es decir, que Gordon Gekko aun en su infinita maldad le lleva advirtiendo desde el minuto cero en que Bud Foxx entra al despacho de Gekko.
"Yo no creo riqueza, yo poseo" es otra de las grandes perlas que le suelta al pobre Bud, ya impotente ante el inconsciente suicidio al que ha sometido a la Bluestar.

La música es perfecta: Stewart Copeland (el mítico baterista de The Police) compone unos temas con el sintetizador que reflejan muy bien el mundo en el que se mueve Bud Foxx.

El resto del elenco no desmerece en absoluto, destacando por encima de todo Charlie Sheen como padre y antagonista de Gekko. Daryl Hannah tampoco está nada mal, James Spider sale lo justo, pero ofrece un papel realista.

El Oscar de Michael Douglas fue totalmente merecido, y a fe que nuca más volvió a reponerse de ese papel. El resto de sus interpretaciones tanto en "Acoso", "Instinto Básico", "The Game" son variaciones más o menos leves de lo que ofreció en Wall Street, solo que autoplagiado de si mismo.

En resumen: una película para disfrutar y hablar de ella durante horas, (el envoltorio económico aunque cueste digerirlo al principio, es lo de menos) que no dejará indiferente a nadie.
Buscapé
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