'Black Mirror' siempre busca sorprender y ser original. Este final de año no hemos tenido quinta temporada, pero sí nos han regalado una película interactiva, que ojalá sea un modelo audiovisual más habitual en los próximos años. Los videojuegos ya están explorando cada vez más ese concepto y algunos como 'Heavy rain', 'Beyond: Two souls', 'Until Dawn', 'Life is Strange' o 'Detroit: Become Human' han alcanzado un gran éxito.

En este caso disponemos de hasta 312 minutos de metraje que según nuestras elecciones darán con hasta cinco finales al menos. Aunque en este primer visionado (que ha durado unos 110 minutos tras 46 elecciones) he dado con cuatro finales (aunque en sólo dos de ellos me han aparecido títulos de crédito, y en los otros dos podía acceder a ellos pero preferí seguir la historia) y uno de ellos parece "el oficial", porque ahí se acaba el capítulo. Debo decir que me pareció decepcionante ese final (aunque muy en la linea 'Black Mirror'), pero quizás debo explorar por el resto de la película para entender mejor algunas situaciones.
Hay que aclarar que aunque realmente "escogemos nuestra propia historia" esas elecciones estan realmente dirigidas, con lo que nuestro rango de elección puede ser amplio, pero nuestra libertad es escasa. Y de hecho el propio capítulo (o película) juega con esto muchas veces, ¿nosotros elegimos o todo está ya decidido y lo que tenemos es un falso control? Evidentemente es lo segundo.
Es cierto que es tremendamente lioso en algunos momentos, porque no sabes exáctamente lo que ha pasado y lo que no, ya que la trama no siempre es lineal, pero simplemente hay que dejarse llevar, todo es surrealista, incluso hay momentos en los que no darás crédito (el DPM sobre todo) y otros donde no podrás evitar reir por las autorreferencias.

Hay múltiples referencias a capítulos anteriores de la serie, por ejemplo hay un videojuego que hace referencia clara a 'Cabeza de Metal', hay un centro de salud llamado 'San Junípero', o el más claro y evidente de todos, las múltiples apariciones del símbolo de 'Oso blanco'.

Un 10 por la propuesta y por la forma de ejecutarla, donde habría que empezar a restar nota es en el confuso argumento que parece que deja demasiada libertad al surrealismo y la aparente falta de lógica. Pero sin duda es un producto notable como poco. Y además bien interpretado por Fionn Whitehead que se dedica a hacer lo que nosotros le decimos (que básicamente es lo que 'Black Mirror' nos obliga a decidir).