Es una delicia ver a estos tres actores robaescenas (en especial un magnifico Morgan Freeman en un papel diferente a los que nos tiene acostumbrados) pero la película no da para mucho y el espíritu de telefilme de sábado por la tarde tampoco ayuda. La historia es amable, se sigue bien y tiene algunos momentos realmente notables fruto del trabajo de los actores pero sigue dando la impresión que es una película hinchada y asentada en tópicos del cine geriátrico para hacer las delicias de las abuelas. Lástima que un guión tan flojo no pueda ser levantado por unos actores tan magníficos. Y a pesar de todo esto, se ve con cierto agrado. Para fans de Morgan Freeman y consumidores de películas amables.