“Black Museum” es el guiño “Black Mirror” (o lo que es lo mismo, Charlie Brooker) a ese tipo de historias “narradas” típicas de “La dimensión desconocida” (o, mejor dicho, narradas por el guardián de la cripta de “Historias de la Cripta”). Tiene todo lo que se espera de un capítulo de “Black Mirror”: inquietante y con pequeños regalos para el espectador (en forma de sexo y sangre). Un relato de horror clásico (demasiado clásico incluso, podría haberlo firmado el propio Lovecraft) que funciona porque no se complica la vida, va a lo seguro (cargando las tintas más de lo necesario… es efectista, sí) y acaba resultando un juguete morbosamente divertido. Aquí la moraleja se diluye en el divertimento, pero es un capítulo que mantiene al espectador enganchado a su televisor. No es el mejor guion de Charlie Brooker pero funciona razonablemente bien, a pesar de ese inesperado giro en el último tramo que parece desconectado del resto. Aviso a navegantes: es el capitulo mas decididamente gore de la temporada y en su primera parte tiene algunas escenas… digamos que no aptas para todos los estómagos, aunque necesarias para ese “terror” que pretende transmitir. Al fin y al cabo, es una historia sobre las adicciones… ¿o no? De acuerdo, no es el mejor capítulo de la serie, pero a mi me ha gustado esa falsa acumulación de sorpresa (fácil) tras sorpresa (fácil) Ojalá la serie tuviese a partir de ahora un capitulo así y siempre.