Para entender “Elysium” hay que hacer algo de lo que todo crítico debería huir: compararla con una película anterior de Neill Blomkamp. Sin “Distrito 9” no se puede entender este “Elysium”. Ambas películas comparten escenarios comunes y situaciones similares. Aquí, en “Elysium” la critica está aumentada de la misma manera en que se potencia el aspecto visual y los recursos para contar una historia similar. Pero reconozcámoslo: “Elysium” no es más que la consecuencia lógica de “Distrito 9”. Algo así como una evolución donde el director tiene más medios para contar lo mismo. El comienzo de “Elysium” se inscribe en los límites del clasicismo en la ciencia ficción y lo hace mezclándolo con una firme crítica social que crece a medida que la historia avanza. Durante la primera media hora, “Elysium” funciona de maravilla porque la habilidad narrativa de Neill Blomkamp es magnífica y asienta las bases a buen ritmo, sin descuidar los personajes. Reescribiendo “Distrito 9” de manera más grande. Cuando eso sucede, de repente el guión gira para, como sucedía con “Distrito 9” para plantearnos una excusa sobre la que el dialogo pueda continuar girando. Buen guión, sin lugar a dudas. Los actores también ayudan. La película tiene un ritmo endiablado y una estética que funciona y divide. Todo en “Elysium” parece un acierto a medida que avanza, en especial esa mezcla de acción y reacción donde la reacción encaja en la historia de manera perfecta. Un nuevo mérito del pulso narrativo de Blomkamp. No hay una sola escena de acción gratuita en la primera hora de “Elysium”. ¿Ciencia ficción adulta? Por supuesto, pero también disfrutable. Las excusas funcionan bien para entretener y hacer reflexionar. Igual que sucedía en “Distrito 9”, aquí multiplicado gracias a un mayor presupuesto. ¿Y qué sucede entonces? Pues que, trancurridos dos tercios de la película, el discurso se diluye en una fantaficción donde predomina la acción sobre el mensaje y todo se desmorona convirtiendo “Elysium” en un espectáculo de acción donde el espectador es capaz de preveer como acabará todo (a diferencia de la primera parte de la película). El riesgo de cargar una película de acción con contenido social es que el tono debe mantenerse y aquí, una soltado el discurso, se olvida. Ojalá todas las películas tuviesen la capacidad para entretener desde la intelectualidad como este “Elysium” pero es una pena que al final opte por la acción pura y dura ante el temor de abrumar al espectador con demasiada parafernalia intelectual. Al final “Elysium” se revela como un efectivo blockbuster de acción con una primera hora magnifica. ¿Qué más se puede pedir? Pero claro, si seguimos comparando, a “Distrito 9” le sucedía más de lo mismo. ¿Es una decisión correcta decantarse por la acción cuando el producto rueda solo? No lo creo, la gente va al cine a ver a Matt Damon en el espació luchando contra la injusticia. Y eso es lo que “Elysium” ofrece. ¿Se podría haber esperado un poco mas de ambición en su tramo final? Por supuesto, pero eso no evita que “Elysium” sea una excelente película. No redonda, pero si buena.