Típica película de terror de perfil bajo con un empaquetado más propio de un telefilme que de una película. La narrativa es apática y avanza sin ritmo (quizás porque no hay demasiado que contar). Los actores están correctos aunque poco pueden hacer ante el aluvión de aburridos diálogos de manual de primer curso de guionista. La realización intenta ser elegante pero no puede sacar oro de donde no hay. En definitiva, una de esas películas sin ambición (lo cual es una virtud) que simplemente pretende entretener pero que conmigo, ha fracasado. Quizás debería dejar de ver este tipo de películas los sábados por la tarde después de una buena comilona porque la apatía narrativa y la falta de personalidad suelen empujar este tipo de productos a la siesta del espectador. Si os gusta pasar miedo de verdad o sois aficionados al terror mas puro, no os dejéis engañar, esta no es vuestro tipo de película.