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Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Voto de 10P24H:
9
Drama. Romance María comienza a trabajar como supervisora en un matadero de Budapest, pero pronto comienzan a surgir cotilleos y rumores sobre ella. Durante el almuerzo opta siempre por sentarse sola, y es consciente de sus deberes y obligaciones, con un estricto apego a las normas. Su mundo se compone de cifras y datos impresos en su memoria desde la primera infancia. Endre, su jefe, es un tipo tranquilo. Ambos empezarán a conocerse lentamente. (FILMAFFINITY) [+]
11 de diciembre de 2017
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El paraje de un bosque nevado, un venado macho se acerca a una hembra y comienza a cortejarla, es un sueño. Lo siguiente un matadero de ganado, reses a punto de morir, desangrado, mutilaciones, los cortes extendidos listos para su distribución, la vida real.

¿De quién -o quiénes- son esos sueños y esa vida real?

Esta es una obra donde la directora y guionista Ildikó Enyedi ofrece un romance rebosante en imaginativa, alejado de cualquier convencionalismo, un trabajo atípico cero complaciente. Convirtiéndose en la ganadora del Oso de oro en el Festival de Berlín, logro que había conseguido su coterránea Márta Mészáros 42 años antes con Örökbefogadás (Adopción, 1975).

Endre (Géza Morcsányi) trabaja en el matadero, un día llega Mária (Alexandra Borbély), la nueva encargada de control de calidad, una chica a la que le cuesta relacionarse y que rehúye el contacto físico. Son dos almas contrarias que se encuentran, comparten sin saberlo algo que los va acercando, pero hay mucha resistencia.

En cierto sentido A teströl és a lélekröl es una película mágica, porque desde la chispa que incita el argumento, -algo relativo a los sueños de los cuales no voy a ahondar para no entorpecer su visionado-, la obra se torna un cuento donde vamos conociendo a estos particulares personajes, con toques absurdos que dejan escapar una sonrisa gracias al humor negro presentes en algunos momentos.

Enyedi se sirve de una pareja de personajes alejados de cualquier arquetipo común, él es un hombre maduro que tiene problemas en un brazo, ella padece de Asperger y es tímida en exceso. Se aleja de una perspectiva elegante y de seguridad para ofrecer una historia más íntima, llena de inseguridades, con muchos anhelos y sin saber cómo hacer las cosas, como en la vida real.

A teströl és a lélekröl se sirve de múltiples sensaciones, una obra que reboza sentimiento, que se encamina de forma tímida como sus personajes, fríos muchas veces, rotos por dentro, pero con un gran anhelo. Así deben ser los largometrajes que aborden el romance.

Ahora, como nota aparte, pueden creer que este filme es el primero para su directora en 18 años, ¿qué pasó todo ese tiempo? Muchos proyectos cinematográficos que no prosperaron, cineasta luchadora e incomprendida que por fin vio la satisfacción cuando A teströl és a lélekröl se presentó y triunfó en Berlín.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
10P24H
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