Película iraní estrenada en el Festival de Cine de Berlín, con un contenido sumamente amplio recrea hechos acontecidos en 1965 alrededor de un misterioso suicidio-entierro-terremoto, en la isla Qeshm en el Golfo Pérsico. Así mismo, sigue los preparativos de un documental que se realizará en base a las investigaciones de dicho evento que no ha tenido resolución.

Escrito y dirigido por Mani Haghighi el film arranca con una idea muy inventiva por parte del realizador, presenta una obra con múltiples capas, un cuento donde va construyendo de forma diferente el relato, enfocándose incluso hasta en tres o cuatro escenarios, tanto en el pasado como en el presente.

Todo lo que crea genera un aura de misterio desde el inicio, muy al estilo de las películas de acción un chevy Impala de los sesenta, con un color llamativo aparece en pantalla, la música retumba, invita al espectador a sentirse atraído por la propuesta, luego comienza el vaivén temporal mientras de forma sencilla se van metiendo elementos fantásticos en la trama.

El film tiene además la ventaja de ser visualmente muy atractivo, también desde el inicio se genera un impacto fuerte con un barco encallado en la isla, con el cementerio a su alrededor. Un paisaje que llamativo que se contrapone con las escenas del interrogatorio, en un escenario oscuro y cerrado, además de las otras secuencias que se ubican en lugares más propios de una cotidianeidad.

Ejhdeha Vared Mishavad! presenta una enorme mezcla de géneros a lo interno del relato: es un thriller policial, es suspenso, drama como toda obra, tiene comedia, falso documental, surrealismo, cine dentro del cine, cine político y lo fantástico. Una mezcla que consigue una película sumamente original, fresca y estimulante, donde Haghighi logra vender lo absurdo de la propuesta para presentar un trabajo sublime.