Película italiana que transcurre a lo largo de un año, se explora la vida de una familia de clase media-baja, el filme es narrado por Sandro (Edoardo Nevola), el pequeño de la familia, un chico de unos siete-ocho años que en su inocencia sirve como hilo conductor de las acciones, por este motivo no siempre se da cuenta de las complicadas situaciones familiares que se van entretejiendo a lo largo del metraje.

El film inicia con la llegada a casa de Andrea Marcocci (Pietro Germi), el padre de familia, hombre maduro de carácter fuerte que trabaja como maquinista del ferrocarril, con las celebraciones de fin de año de por medio, la algarabía y felicidad reinante en esos primeros minutos es apenas una ilusión del drama que de inmediato comienza.

El guion escrito entre Germi, Alfredo Giannetti y Luciano Vincenzoni, logra amalgamar muy bien las piezas dramáticas que componen la obra, que son vastas y recurrentes a lo largo de sus casi dos horas de duración. Pero los conflictos no son solo familiares, la historia también da espacio para hacer una crítica social de la situación de los trabajadores del tren, con los sindicatos muy activos y el llamado a la huelga muy latente.

La película así va tejiendo la progresiva caída de esta familia, desgracia tras desgracia la angustia se va apoderando de la pantalla sin final. Estas ideas encajan a la perfección con el neorrealismo italiano en su época más tardía, un país italiano que aún no lograba despegar, donde el dinero no alcanzaba, una obra muy sentimental, un realismo que hiere al espectador, y por supuesto, un cine con conciencia social.

No es de extrañar el éxito que tuviera Il ferroviere en la cuarta edición del Festival de San Sebastián, particular año que al no ser reconocido por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos (FIAPF), los premios no fueron oficiales (actualmente son reconocidos por el festival) y fueron elegidos por los críticos acreditados en el evento, dividiéndolos entre obras extranjeras y españolas.

Mejor película, mejor dirección y mejor actriz (Luisa Della Noce), fueron los tres galardones recolectados por esta potente obra italiana, que demuestra lo mejor del cine de este país en la época, y que se mantiene bastante vigente en la actualidad. Germi es uno de los directores más sobresalientes del país de la bota, pero también uno de los menos reconocidos, sin duda su prematura muerte afecta este reconocimiento.