Soy Francisco Galindo hijo (http://francisco-miguel-galindo-guerrero.neurona.com/). Siempre he sentido un especial cariño hacia ésta obra maestra de David Lean, tanto por su excelencia como tal en la historia del cine universal, como también por un hecho de singular importancia personal: mi padre fué miembro del staff de rodaje de Lean, en Almería. Y precisamente por éste motivo, ahora, trás su fallecimiento el pasado 26 de febrero de 2007, valoro con especial intensidad el valor de ésta joya cinematográfica. Mi padre dió vida a ella con su aportación al diseño de los decorados. Una aportación humilde, como pequeño carpintero de rodaje, cierto; Pero una aportación digna que evoca el recuerdo de un tiempo excepcional en el que los decorados naturales otorgaban un especial realismo a las superproducciones norteamericanas. Posteriormente, mi familia también dirigiría la seguridad de Lucas y Spielberg durante el rodaje de Indiana Jones en Almería. Pero también la del rodaje de Conan. Y, así, en otras tantas producciones que fueron rodadas en la provincia andaluza. Pero éstas líneas, especialmente sentidas ahora, son un homenaje a la figura de mi padre. Un homenaje sincero del astrofísico que es éste hijo del carpintero.