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España España · Mi casa
Voto de Reich:
8
Comedia Pierre Brochant y sus amigos organizan todos los miércoles una cena que es una especie de apuesta: el que invite al idiota más extraordinario será el ganador. Una noche, Brochant está pletórico: ha encontrado una auténtica joya, un idiota integral. Se trata de François Pignon, un chupatintas del Ministerio de Finanzas con una gran pasion por las construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant ignora es que Pignon es un ... [+]
21 de octubre de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para empezar, decir que me encanta el título, eso de entrada. Es un título llamativo, expresivo y descriptivo. Será por esa tendencia mía a los adjetivos calificativos contundentes. Según la RAE, la definición de idiota es: 1. adj. Que padece de idiocia. (Y el significado de idiocia: Trastorno caracterizado por una deficiencia muy profunda de las facultades mentales, congénita o adquirida en las primeras edades de la vida.) 2. adj. Engreído sin fundamento para ello.3. adj. coloq. Tonto, corto de entendimiento. 4. adj. desus. Que carece de toda instrucción. Esto es sólo a modo informativo, ya que cuando me dirijo a alguien en estos términos o alguien se dirige a mí, me gusta saber exactamente a que se refiere la palabreja.
Cuando vi esta genial comedia por primera vez me sentí muy identificada, tanto con el supuesto idiota como con el supuesto no-idiota. El argumento de la película es el siguiente:
Un franchute de bien, Perre Brochant, y sus amigos tienen un extraño ritual: un día a la semana se reunen para cenar acompañados cada uno de ellos por un idiota; aquel que lleve al mayor idiota de todos gana.
Si alguien me hubiese llevado a mí a una cena de estas probablemete habría ganado de calle, pero al mismo tiempo si yo hubiese llevado a más de uno también habría obtenido una victoria más que contundente. Conclusión: la idiotez es relativa. Somos más o menos idiotas dependiendo de la persona o personas que nos acompañen, luego, todos somos idiotas. Lo que pasa es que cada uno es idiota de lo suyo, y ahí es donde entramos todos, ya que socialmente hay ciertos tipos de idiotez que están aceptados y muuuuy extendidos (véase la 2ª acepción, en general muy vinculada a la 4ª), mientras que otros son mal vistos y rechazados (véase la 3ª acepción, por ejemplo). Lo bueno de todo esto es que los diferentes tipos de idiotas tendemos a complementarnos entre sí, formando grupos donde coexistimos idiotas de diferentes tipos, cada uno con su tara, por eso siempre parece que alguno no lo es. Craso error. Y es aquí donde aparece el factor tiempo. Algunos muestran abiertamente su idiotez de buenas a primeras sin complejos ni miramientos, mientras que otros tardan un poco más en darla a conocer (normalmente incluso mucho más pronunciada que la de los primeros).

Esta película, además de buena, muy buena, nos hace reflexionar sobre el trato que damos a los demás y que alguna vez nos han dado, y que a veces existe una delgada línea (no sé si roja) entre la más brillante lucidez y la más esperpéntica idiotez.
Reich
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