Claman a los cuatro vientos que el cine español está en crisis. Después de la aberración que he podido presenciar hoy, lo que me extraña es que el cine de este país no haya quebrado hace tiempo.

Aunque Javier Fesser no lograra, ni mucho menos, una película brillante con la primera adaptación de los personajes de Ibáñez, sí que consiguió captar el espíritu de los tebeos de los agentes de la TIA. Escenas como las de 13 Rue del Percebe, o personajes como Rompetechos, al final nos sacaron más de una sonrisa y, en conjunto, la película era suficientemente divertida y entretenida.

Pero esta secuela (por llamarla de algún modo), además de no parecerse en nada al cómic, ridiculiza tanto a los personajes que el espectador no tiene la sensación, en ningún momento, de estar viendo una película de Mortadelo y Filemón. Los chistes no tienen ningún tipo de gracia, la estética no tiene nada que ver con la del largometraje de Fesser (es pobrísima) y los sketches son todos tan forzados que uno sólo desea ansiosamente que termine la tortura.
Pero, sin duda, lo peor es Mortadelo. La elección de Edu Soto para el papel ya era de por sí desacertada, pero su interpretación es mucho peor: es vomitiva. Mortadelo se mueve por la pantalla como un ser lobotomizado, haciendo niñerías, contando chistes estúpidos y gimiendo como una especie de mutante de peli "serie B".

Hoy, aparte de haber gastado 6€ en una bazofia, he sentido auténtica vergüenza ajena. Vergüenza de que cualquier "piernas" se ponga a rodar lo que sea y le den más cancha de la que se merece. Después dicen que Rob Zombie está enfermo. Yo digo que enfermo es el que ha ideado este infame despropósito. Ni siquiera es una peli para niños. Prefiero que mi hijo vea a John Rambo destripando vietnamitas que a dos pusilánimes degradando el concepto de humor.

No vayáis, por favor. Si lo hacéis os pasará como a mí: sentiréis vergüenza ajena.