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Voto de YonBurgoa:
6
Comedia. Acción Dave Skylark (James Franco), presentador de un conocido programa de entrevistas, y el productor Aaron Rapoport (Seth Rogen) consiguen una entrevista exclusiva con Kim Jong-Un, dictador de Corea del Norte. La CIA les pide entonces que aprovechen la ocasión para asesinar al déspota, pero Dave y Aaron no son precisamente las personas más cualificadas para perpetrar un magnicidio. (FILMAFFINITY)
31 de diciembre de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ciberataque perpetrado este último mes contra Sony Pictures levantó ampollas dentro y fuera de Hollywood. Sobre todo por la mano invisible que movió los hilos y aupó a los autores materiales del ataque (el grupo de hackers Guardianes por la Paz) a realizarlo. ¿Y para qué? Para evitar a toda costa que se estrenara The Interview, una satírica comedia de segunda en la que dos periodistas estadounidenses de poca monta se trasladan hasta Corea del Norte para entrevistar, y de paso matar, a Kim Jong-un, el dirigente del país más hermético de la Tierra. Se consiguió tumbar la compañía y sacar a la luz los trapos sucios y los secretos mejores guardados de sus futuros proyectos, pero no evitar que 300 salas en Estados Unidos la estrenasen el día de Navidad. Las afrentas que Pyongyang aseguraba recibir con esta producción no deberían tomarse en serio tras su visionado. Es innegable que Jong-un es uno de los personajes más destacados de este joven siglo XXI, heredero de una dictadura familiar cuya imagen externa deja mucho que desear. Y ese halo de misterio es el que ha permitido a la imaginación del diablo occidental jugar con él y buscarle las cosquillas, caricaturizándole como un vendido al capitalismo, fanático del baloncesto (como en la vida real), de las mujeres y los margaritas, y con Firework de Katy Perry como máxima referencia musical. La película acabará convirtiendo con el tiempo, para bien o para mal, a Kim Jong-un en un icono cultural. Pero antes que eso ha conseguido colar, desde su mismo estreno en la gran pantalla, una dura crítica social al férreo régimen del país asiático, por medio de pequeñas pero acertadas dosis de humor.

Dave Skylark (James Franco, Juerga hasta el fin) y su productor Aaron Rapoport (Seth Rogen, Malditos vecinos) llevan mil programas al frente del late night Skylark Tonight. Un día descubren que Kim Jong-un (Randall Park, Sex Tape), el dirigente norcoreano, es un gran fan del programa, y ambos se disponen a conseguir una entrevista que repunte el programa. Con todo preparado para volar a Pyongyang, la CIA envía a la agente Lacey (Lizzy Caplan, True Blood) para convencerles de que tras entrevistarle, le asesinen; eliminando así a un enemigo potencial de los Estados Unidos. Pero si la entrevista resulta complicada en manos de ellos dos, asesinar a Kim Jong-un lo será aún más. De nuevo, la dupla artística Franco-Rogen vuelve a la carga con The Interview, película que sirve para comprobar la buena dinámica, el aprecio y el cachondeo que se siguen trayendo tras colaboraciones como Superfumados (2008) o Juerga hasta el fin (2013), donde jugaban con sus propios roles y defectos. No han mostrado reparos a la hora de saciar su lado más sucio y malhablado, algo que se ve en las pullas sobre la posible homosexualidad -en la cinta- de Eminem o las oscuras pasiones caprinas de Matthew McConaughey, pero la saturación que por momentos hacen provoca el colapso del objetivo humorístico del filme. Ha habido gratas sorpresas como la de Randall Park, quien ha idealizado en su papel la imagen que se buscaba transmitir de Kim Jong-un, y cuya caracterización ha ayudado bastante a su credibilidad en pantalla. Mención aparte se llevan las féminas, mientras que Lizzy Caplan ha mostrado un papel más que correcto para sus pocos minutos en pantalla, Diana Bang, la temible oficial norcoreana, acabó llevando gran parte de la trama junto a Seth y James, convirtiéndose junto a Randall en los secundarios indiscutibles del filme.

Gran parte de la película se va a ocupar de la preparación y rodaje de la esperada entrevista a Kim Jong-un. Va a resultar una parafernalia preparada de cabo a rabo y maniatada para evitar cualquier atisbo de realidad que pueda ofender al régimen, como reflejó Jon Sistiaga, no sin polémica, en la televisión con su documental Amarás al líder sobre todas las cosas. Punto relacionado va a ser la demostración visual de esa campaña publicitaria -exagerada en la ficción- impuesta por Pyongyang, como las falsas tiendas de alimentos o la llantina colectiva del grupo de militares norcoreano, del que será testigo y víctima de la manipulación el personaje de James Franco, quien acabará quitándose la venda de los ojos -de una forma y bajeza tragicómica- para volver a su ser y criticar a su entrevistado. En esta estrafalaria historia de buenos contra malos, la cordura cae del lado de Seth Rogen, quien intenta ser el equilibrio constante a la locura estrambótica de showman que muestra James Franco en pantalla. Más allá de la comedia de la que hace halago el filme, y de incorporar acertadamente canciones de artistas como Katy Perry o Scorpions y su balada Wind of Change, una de sus carencias es la ausencia de más escenas de acción, que la hubieran dotado de otra masa y de paso hubiera compensado algunas tonterías vistas en el metraje. The Interview no se planteaba como esa película tan esperada para el 2014, pero todo el encaramado para evitar su estreno ha producido el efecto llamada a las salas y a Internet. A sus autores, la jugada les ha salido rana, y les ha acabado convirtiendo, sin quererlo, en los promotores de la mejor campaña publicitaria para una película en tiempo, aun a costa de un escándalo como el Sonygate.
YonBurgoa
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