Al margen de la información indicada en la sinopsis, la mejor forma de definir a Joe, el personaje que interpreta Joaquin Phoenix, es que es un mercenario.

En la película no se cuenta pero se sugiere, por medio de flashbacks, que Joe es un antiguo agente del FBI que tuvo un trauma psicológico a consecuencia de la llegada de inmigrantes asiáticas muertas en un contenedor. De la misma forma, se sugiere que en el pasado Joe tuvo una pareja. En una de las escenas del tren, vemos a una mujer rubia con heridas en la cara que observa a Joe, supongo que con ello se quiere indicar que en el pasado algo le pasó a esta mujer, que bien acabo con su vida o fue la consecuencia de que ella y Joe se separaran.

Pero hay más cosas; hay flashbacks de la niñez de Joe, sugiriendo que su tendencia a usar un martillo como arma se debe a que su padre maltrataba a su madre con un martillo.

Hay varios detalles como estos que no aportan nada a la trama, y que solo lo envuelven en un halo de pretenciosidad. Porque el problema no es tanto lo que se cuenta, sino cómo lo cuenta. Todos estos detalles mencionados no aportan nada a la historia del mercenario que rescata a una niña de una red de prostitución, pero los flashbacks son mostrados de forma reiterada, repitiendo algunas, ahondando cada vez más en el flashback según avanza la película.

Y esto consume tiempo de la película, y es que este deseo de querer hacer un retrato psicológico que no aporta nada en la película, le da un halo de pretenciosidad que empeora la película, al hacer mal a su ritmo.