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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
7
Romance. Drama Adaptación de la novela "La princesa de Clèves", de Madame de La Fayette. La acción se traslada desde la corte de Enrique II hasta un instituto parisino de la actualidad. Después de la muerte de su madre, Junie, una chica de 16 años, se traslada a otro instituto a mitad de curso. Su primo Mahias, que está en la misma clase, la presenta a sus amigos, que están deseando salir con ella. Sin embargo, Junie se enamora locamente de Nemours, ... [+]
17 de abril de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La princesa de Clèves es una novela francesa del S. XVII atribuida a Madame La Fayette. Se considera una obra de referencia de la literatura francesa, valorada por muchos críticos por fusionar las tendencias del romanticismo con una mayor complejidad psicológica de personajes. La novela ha sido lectura obligatoria en los institutos franceses y ha sido adaptada al cine por nombres como Delannoy, De Oliveira y Zulawski. El último en hacer su versión sui generis de La princesa de Clèves ha sido Honoré. El resultado es un experimento arriesgado en el que queda poco de la historia original y pervive un notable sentido del fatalismo de una Jane Eyre del S. XXI.

Honoré antes de cineasta fue escritor, un dato que nutre sus películas y que aquí es más importante que nunca. Honoré también realiza un juego curioso: la historia la protagonizan adolescentes que seguro han leido La princesa de Clèves, y que como resultado han sido atrapados por el negativismo y la truculencia de la obra. Ejemplo de literatura dentro del cine, no de adaptación cinematográfica. La belle personne no es una versión de La princesa de Clèves, sino la historia que Honoré ha filmado bajo el influjo del libro. Tras ver La belle personne se me ocurre que el cine de Honoré no deja de ser una repetición y variación del modelo romántico fatalista de Romeo y Julieta en lo temático, y en lo formal tiene la juventud de quien lee esa historia de amores imposibles como si fuera lo más importante del mundo.

La belle personne sabe a sitios ya transitados, a amores ya sentidos, a compilación de libros ya leidos; y al mismo tiempo recrea y simula la frescura de quien descubre un lugar (París) y siente el amor por primera vez, por lo que permite acercarse a La princesa de Clèves desde una perspectiva nueva, como soporte de un cuento totalmente diferente. La belle personne es moderna y anacrónica, joven y nostálgica. Traslada las complejidades de una trama palaciega a los pasillos de un instituto. Un ejercicio valiente que a ratos parece una jugada maestra y en otros un salto a una piscina sin agua.

Honoré sigue fiel a sus historias de amores homosexuales, a rimas y tópicos propios y ajenos. No interpreten la radical decisión final del protagonista como una demostración de que La belle personne carece de guión porque en verdad es lo más cerca que Honoré ha estado de ceñirse a un libreto. Si acaso volvemos a estar ante un reflejo de los seres prototipo de su autor que entienden la vida en contraposición a la muerte, el blanco en relación al negro obviando toda la gamma de grises. ¿No será el propio Honoré el que siente las dudas de la dama enamorada? ¿Y el que cree que nada tiene sentido y decide acabar con todo saltando al vacío? La belle personne nos enseña el Honoré adolescente que desea amar y ser amado. Que nadie reste méritos a la película más refinada de un autor de imaginación desbordante y poco dominio de las medidas.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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