'Dersu Uzala' ha pasado a la historia como uno de los grandes retos cinematográficos del genio Kurosawa. El film es uno de los pocos que el maestro japonés rodó fuera de su país y paradójicamente fue el título que lo encumbró internacionalmente en un tiempo en el que muchos creían que el cine de Kurosawa era un revulsivo para la taquilla. También es una película singular por aunar el documental con el western, el mensaje ecologista con la clásica historia de amistad a partir de la confrontación y el encuentro de dos etnias y dos formas de vivir totalmente dispares.

Película de tono crepuscular y nostálgico que causa ternura, portadora del misticismo y la belleza del paisaje asiático. La obra, en definitiva, más occidental y universal de Kurosawa. Y vista ahora, una película con los códigos morales y cinematográficos de un tiempo bastante lejano: ya no existen películas tan preciosas en forma y contenido como 'Dersu Uzala', un canto a la bondad del hombre y al compañerismo del que deberíamos aprender.

El espectador moderno apuntará cierta ingenuidad en su discurso, pero pocas películas se presentan ante el espectador tan puras. Kurosawa teje en 'Dersu Uzal'a un haiku sencillo que esconde un trabajo descomunal: pocas veces se han filmado tanto y tan bien los espacios naturales de una película. Al principio cuesta adentrarse en el bosque y al final salimos de la sesión con la mochila más llena gracias a la lección de cine y de vida del señor Kurosawa. Película perfecta para echar la vista atrás, tomar impulso, reconciliarse con uno mismo y seguir adelante.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
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