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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
7
6,2
34
Documental "Se adentra en una Italia desconocida, que raramente llega a las pantallas. La Italia homosexual del siglo XX, desde sus inicios hasta los años 80. Un viaje compuesto por historias del norte y del sur de Italia, de quien ha sentido sobre sus propios hombros el peso de ser ‘distinto’. Relatos de represión, censura, dignidad, valentía y felicidad". Así explica este documental su director, Gianni Amelio. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Felice chi è diverso, presentado en la sección Zabaltegui del Festival de San Sebastián, es un ejemplo del compromiso de todos aquellos que lidiaron con los prejuicios sociales de la Italia de antaño debido a su orientación sexual. La película concatena testimonios de personas ya mayores, algunas ancianas, que nos cuentan episodios de su vida. Amelio, afortunadamente, no diseña su película a modo de anecdotario o baúl (por no decir 'armario') de los recuerdos: prefiere dejar espacio a las personas retratadas, de forma que sus testimonios resultan espontáneos y veraces. Unos balbucean, otros dan rodeos o prefieren culminar su intervención con silencios recurrentes, otros hablan de forma desbocada y sacan a la superficie todo tipo de realidades y temas que atañen a la comunidad gay. Gracias a esta estructura, Felice chi è diverso abarca, ni que sea de forma indirecta, todo tipo de cuestiones, desde el SIDA hasta la censura heredera de Mussolini, pasando por una curiosa descripción del mundo del espectáculo y un recuerdo a la figura injustamente desprestigiada de Pier Paolo Passolini. Un documental, por todo ello, menor en apariencia pero complejo y apasionante.

Hablamos de compromiso porque Felice chi è diverso no solo pretende visibilizar y normalizar, sino mostrar la militancia de todos aquellos que sentaron las bases de un movimiento LGBT que sigue reformulándose en la actualidad. El prestigioso realizador Gianni Amelio, que a principios de año declaró su homosexualidad en un periódico italiano, pone voz a las gentes de su generación, y a su vez salda una deuda personal explicitando lo que en otro tiempo quedaba entre líneas. Pero Felice chi è diverso no debe entenderse como una confesión o un 'coming out' de su director, sino como un acto de sinceridad. Lo mismo puede decirse de la francesa Les invisibles con respecto a su director Sébastien Lifshitz, que perfectamente podría formar sesión conjunta con el trabajo de Amelio, con la diferencia de que Lifshitz siempre ha operado dentro de los dominios del queer cinema mientras que en los films de Amelio la incomprensión, la intolerancia y la represión, sentimientos y realidades compartidas por el ser y sentir homosexual a lo largo de la historia, se expresan en ficciones de tonos y tipologías muy diferentes.

El film de Lifshitz prefiere hablar del pretérito desde una posición crítica, mientras que Amelio expande su mirada al relato social y al futuro. El aspecto social aparece en los documentos y fragmentos audiovisuales que marcan las transiciones entre entrevista y entrevista. El futuro queda perfectamente condensado en el último testimonio del film, un joven de la Italia del S. XXI que representa la incertidumbre y los retos venideros del colectivo gay. Y es en ese punto donde Felice chi è diverso resulta no solo más completa y emocionante que la obra de Lifshitz, sino una demostración de que la plena acepción sigue en vías de construcción y de que el cine, en su juego de empatías, identificaciones y representaciones, puede ser un arma de gran valor para agilizar ese proceso. Ojalá obras como Felice chi è diverso ayuden a crear puentes, a limar esperezas, a enriquecer miradas, a alimentar tolerancias.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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